Así está hoy María Valenzuela
Comprometida con su salud, María Valenzuela sigue al pie de la letra el tratamiento terapéutico que le ofrece la Clínica de Salud Mental Las Heras, ubicado en el barrio de La Recoleta. Lleva dos meses internada en el lugar producto de una crisis alimenticia y una dura depresión, aunque ya puede salir a pasear con sus hijos y recibiría el alta a fines de noviembre.
La revista Caras la fotografió la semana pasada en varias salidas que realizó con Malena, fruto de su relación con el recordado Pichuqui Mendizábal. Desde el año pasado, la actriz sufre un cuadro de depresión, el cual la llevó a pesar 38 kilos. Sin embargo, gracias a la ayuda de los profesionales, su estado anímico es mejor.
“Ahora se está alimentado bien y eso le permitió recuperar un poco de peso. Porque en un momento daba miedo verla: era un cadáver”, dijo un allegado, según publicó el semanario.
Los días de María están cargados de actividades. Todas las mañanas se levanta a las 8 puntual, se viste y sube al comedor para desayunar con el resto de los pacientes. Al terminar el café con tostadas, tiene permiso para salir al patio y fumar un cigarrillo. Luego, viene la rutina de ejercicios que intercala con el almuerzo. También, puede tomar una siesta, previo a una evaluación de los psicólogos.
Durante el resto del día, pinta y dibuja mandalas (representaciones simbólica sutilizadas en el budismo y el hinduismo), además de jugar a algún juego de mesa. Todos los días, tiene su horario de visita autorizado al cual asisten sus tres hijos. Puede salir a caminar y tomar algo en algún bar de la zona.
La única prohibición: no puede recibir llamadas telefónicas ni tiene celular. “Si todo sigue como hasta ahora, María podría recibir el alta para mediados de noviembre. Afortunadamente, ya tiene propuestas teatrales como la obra Acorraladas”, aseguraron las fuentes.
Los problemas de salud de Valenzuela comenzaron el año pasado, cuando se instaló sola en un campo en Luján. Su idea era abrir un hotel-restó para el cual había invertido todos sus ahorros. El pasado 20 de agosto, su mejor amigo Gaspar falleció y eso incrementó su cuadro depresivo.
“Dicen que pasó diez días encerrada tomando sólo café con leche con galletitas y queso”, cuentan. “Tuvo ataques de pánico, por lo que decidió instalarse en la casa de uno de sus hijos (Juan y Julian)”, agregaron. Finalmente, decidió ingresar al centro médico por sus propios medios y sanar su cuerpo y mente. ¡Fuerza!