Una creación periodística de Luis Pedro Toni

Por el Día del Perdón, Victoria Vannucci se reconcilió con Amalia Granata

Las chicas, ex mujeres de Cristian Fabbiani, estaban enfrentadas desde hace años pero terminaron con su eterna pelea. La celebración judía motivó el intercambio.

El Yom Kipur, la conmemoración judía del Día del Perdón, motivó en Victoria Vannucci algo especial. La modelo decidió amigarse con una de sus grandes enemigas mediáticas y se comunicó este jueves con Amalia Granata para perdile sinceras disculpas.

El intermediario fue Ángel De Brito, quien le facilitó a Vannucci el número de teléfono de Granata. En ese sentido, la mujer de Matías Garfunkel accedió a que la noticia se conociera en los medios de comunicación y hasta dio una breve explicación del por qué de su buena acción.

“Ayer fue Yom Kippur y la llamé para cerrar el pasado. Le deseo un embarazo feliz y saludable y que funcione su relación”, explicó Victoria, en una nueva faceta de su vida.

Granata también se expresó al respecto aunque prefirió guardarse los detalles del diálogo privado: “Hablamos, todo bien. Cerramos el pasado con buena onda”.

Las diferencias entre las modelos viene de larga data y tienen su origen en un hombre: Cristian Fabbiani. La que primero salió con el futbolista fue Amalia y en el 2006 quedó embarazada de Uma. Pero la relación se cortó antes del nacimiento de su única hereda ya que él le fue infiel mientras vivían en Rumania.

Tres años más tarde, después de un breve romance, el Ogro rehizo su vida y se casó por Civil con Vannucci, que en ese momento atravesaba su mejor época de modelo para la agencia de Leandro Rud.

Entonces, los celos eran moneda corriente. Amalia se quejaba porque no recibía la cuota alimentaria de su nena. Y victoria le hacía la guerra simplemente por ser la “ex” de su actual marido.

Finalmente, Vannucci tuvo un escandaloso divorcio donde acusó a Fabbiani de violencia de género, además de haber perdido un embarazo de semanas en el medio.

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Desde ahí, todo fue tenso hasta el día en que Granata tuvo duros comentarios contra el matrimonio Garfunkel-Vannucci e involucró a una de sus hijas.

“La versión de la película Mujer bonita, del subdesarrollo en el living de Su (Giménez). Que lindo final, la prostituta que se queda con el millonario”, escribió Amalia en su Twitter, mientras la pareja presentaba en el programa de la diva de los teléfonos a su primera hija, Indiana.

“Me dio mucha pena antes, me dio mucha pena hoy, me la dará siempre. Es una pobre mina que se casó y tuvo un hijo por interés. Ese fue su objetivo: agarrar un tipo con guita y tener esa clase de vida, que no es la suya. Es patética, capaz de hacer cualquier cosa”, agregó, en otro golpe bajísimo.

Entonces, Vannucci no la toleró más y le pidió a su esposo que moviera contactos para bajar a la entonces panelista de Implacables, por Canal 9. Y así fue. En 2013 Amalia se quedó sin trabajo y con una carta documento del poderoso empresario por “daños y perjuicios”.

Un cambio por amor. Para poder casarse con Garfunkel bajo su religión, Vannucci renunció al catolicismo y se convirtió al judaísmo. Ocurrió en 2012, unos meses antes de dar el “sí, quiero”. Pero, para ello, debió estudiar, comenzar a practicar sus creencias y costumbres, además de cambiar de nombre.

“Míriam es mi nuevo nombre desde que me convertí al judaísmo. Como me llamo María Victoria, me pusieron Míriam, que en hebreo significa María”, había contado, feliz por su elección.

Por tal motivo, la familia sigue al pie de la letra los acontecimientos más importantes de su creencia y, además de pedir perdón a los suyos, cumplieron con el estricto ayuno que el Día de la expiación, perdón y del arrepentimiento sincero les encomienda.