El capitán fue el encargado de comunicar la decisión consensuada con el resto de los jugadores: “Preferimos dar la cara antes de dar el comunicado. No nos tenemos que esconder de nada. Estamos para comunicarles que hemos tomado la decisión de no hablar mas con la prensa”, dijo el Diez.

“Recibimos muchas acusaciones, muchas faltas de respeto y nunca dijimos nada. La acusación al Pocho es muy grave. Si no salimos a decir nada, la gente cree que es así. Decidimos cortar esto de una vez. Lamentamos que esto deba ser así. Sabemos que hay muchos que no nos faltan el respeto, pero si no lo cortábamos hoy no lo cortábamos mas. Por eso estamos acá y no vamos a entrar en el juego ese. Nos van a seguir diciendo un millón de cosas como nos vienen diciendo”, agregó.

El detonante, más allá de las críticas que recibió el seleccionado tras la derrota con Brasil, fue un tuit del relator Gabriel Anello, quien afirmó que Ezequiel Lavezzi se quedaba afuera del banco de suplentes en San Juan por haber fumado marihuana en el predio de Ezeiza, en la noche del viernes.

Tras la polémica, el delantero anunció a través de su cuenta de Twitter que le iniciaría acciones legales a Anello. Luego comenzaron los rumores que finalmente se confirmaron: los jugadores no hablarán con la prensa por tiempo indeterminado.

Esa drástica decisión terminó de moldearse en el vestuario argentino. Antes, en el camino a los vestuarios, Gabriel Mercado se detuvo a hablar con la TV, pero rápidamente fue llamado para que se dirigiera a los vestuarios. Sergio Romero también paró unos segundos.foto de Clarin digital.