Una creación periodística de Luis Pedro Toni

Granata contó detalles de su parto

Todavía en el sanatorio, la periodista relató cómo fue la cesárea. Roque nació el miércoles pasado, de 37 semanas y media.

Desde el Sanatorio Otamendi, donde espera recibir el alta médica, Amalia Granata contó los detalles de la llegada de Roque, su segundo hijo, fruto de su relación con el empresario Leo Squarzon. Si bien el parto estuvo dentro de los parámetros normales, los médicos debieron tener cuidados especiales con el bebé.

“Estaba de cola y trasversal, lo que hacía más difícil la salida. A los médicos les costó la cesárea. Además, tenía una vuelta de cordón umbilical enroscada en el cuello”, relató este sábado en una comunicación telefónica con Polino auténtico, por Radio Mitre.

“Después, Roque tuve que pasar varias horas en Neonatología porque salió de 37 semanas y medias, y es obligatorio que lo revisen bien. El médico me dijo que haber realizado una cesárea fue la mejor decisión, porque podría haber resultado complicado”, aseguró.

Squarzon presenció el parto, pese a su miedo a desmayarse. “Me agarraba de la mano pero estaba temblando. Yo le pedí que se comiera un caramelo antes de entrar al quirófano pero no quiso. Ahora está embobado, se va a trabajar y cuando vuelve me dice que lo extrañó un montón”, contó sobre el padre debutante.

Al final, Roque resultó todo un santo. “Salvo la primera noche que fue dura, y por suerte nos ayudaron las enfermeras, el resto de los días durmió muy bien y toda la noche de corrido. Es pura paz”, lo halagó Amalia, y describió como un bebé “muy blanco, con pelo rubio y ojitos azules”.

“No sé a quién sale, porque nosotros somos morochos. Quizá a los abuelos”, opinó, y dejó en claro que por ahora no lo mostrará. Ni en sus redes sociales, ni en la tapa de ninguna revista. “Es muy chiquito”, justificó.

Roque nació el miércoles y pesó 3,200 kilográmos. La fecha de parto estaba programa  para el 24 de diciembre, pero la criatura se adelantó. Su hermanita, Uma Fabbiani (8), hija de Granata y el Ogro Fabbiani, ya le dio la bienvenida.

Quien todavía tiene que recuperarse un poco es la mamá. “Sigo muy dolorida. Con Uma, pese a haber sido una cesárea donde estuve sola, sufrí menos. Esta vez, los primeros días no podía hablar porque me dolía mucho la panza. Seguro es la edad”, bromeó.