Llegó Besson y el sexto elemento
El cineasta y productor francés, conocido en el mundo por filmes como “Nikita”, “El perfecto asesino” y “El quinto elemento”, presentó en Buenos Aires un adelanto del filme una superproducción de acción y ciencia ficción en 3D, dueña de un gran despliegue visual, que se basa en un famoso cómic de los años ’60 y narra una historia de amor en un ambiente futurista y plagado de extraterrestres.
La nueva película de Besson, que se estrenará en Francia y Estados Unidos en julio próximo y llegará a las salas argentinas en agosto, está protagonizada por Dane DeHaan y la modelo Cara Delevingne, junto a Ethan Hawke, Clive Owen y la cantante Rihanna, en base a la historieta de ciencia ficción “Valérian y Laureline”, del francés Pierre Christin, que vendió 10 millones de copias y fue traducida a 21 idiomas desde su publicación en 1967.
En la película, DeHaan y Delevingne interpretan a Valerian y Laureline, dos agentes especiales que se encargan de mantener el orden en el universo, que en esta oportunidad están obligados a cumplir una misión especial.
“El futuro lo desconocemos, pero yo prefiero imaginar un futuro feliz, loco y colorido. No me interesan las películas con temas más oscuros o con preguntas más existenciales. Me gusta más esta ciencia ficción colorida”, afirmó hoy Besson en una rueda de prensa, a donde llegó de muy buen ánimo y respondió generosamente cada una de las preguntas, que en algunos casos incluso contestó haciendo bromas.
Invitado especial para el Argentina Comic-Con, la convención de cultura pop que se lleva a cabo hasta el domingo en el Centro Costa Salguero de Buenos Aires, Besson sostuvo que “la ciudad de los mil planetas de la película es una estación espacial donde conviven miles de especies de alienígenas diferentes, como ocurre en cualquier ciudad cosmopolita del mundo donde queremos convivir en paz”.
“Si convivir con 8.000 extraterrestres puede ser posible en una película, ¿por qué no podemos hacerlo nosotros y superar todos los problemas de intolerancia frente a la inmigración y a nuestras diferencias de raza, idioma y religión?”, se preguntó el cineasta en relación a uno de los temas que recorre su filme: la diversidad de especies de seres vivientes en un universo de fantasía.
“Valerian y la ciudad de los mil planetas” es un proyecto que le demandó a Besson casi una década de trabajo, que marca su regreso al mundo de la ciencia ficción, 20 años después de dirigir “El quinto elemento”, una ópera espacial con Bruce Willis y Milla Jocovich, y confirma su interés por el género de la ciencia ficción, sobre todo después de “Lucy”, película que fue éxito de taquilla en todo el mundo en 2014.
“Es muy difícil para mí dar muchos detalles, porque estoy enamorado de la historia y estoy proclive a esconder algunas cosas por una cuestión emocional. Descubrí el libro cuando tenía 10 años y amé a los personajes. Ese es un aspecto súper humano, la sal y la pimienta de la película, porque narra una pequeña historia de amor, con la salvedad de que está ambientada en el siglo 28 y que ellos están rodeados de extraterrestres”, afirmó.
Besson explicó que “la identidad visual es un elemento central de la película. Hace siete años que empecé a pensarla. Para eso, envié cartas a diferentes escuelas de cine del mundo pidiéndole a los estudiantes que me mandaran dibujos e ideas de universos, personajes y mundos del futuro. Recibí unas 6.000 propuestas, entre las cuales elegí cinco enviadas por estudiantes de China, Estados Unidos, Francia y hasta Marte”, bromeó.
“Ninguno de esos estudiantes conocía el guión y tampoco se conocían entre ellos. Quería cuidarlos para que trabajaran sin referencias, completamente libres, sin influencias de ningún tipo. Finalmente recibí unos 5000 dibujos, fue un proceso completamente loco. Pero quería permitirles que fueran absolutamente creativos”, recordó el director, que fue “el encargado de armar ese rompecabezas, con más de 200 clases de extraterrestres que había que hacer convivir juntos”.
Besson ensayó una comparación culinaria para hablar de la complejidad de su trabajo: “Por un lado tenemos el guión, en el que trabajé nueve años. Soy bastante lento. Para mí, el guión es como cocinar una buena comida y el aspecto visual del filme es como poner una buena mesa. Si la comida es deliciosa y la mesa está bien puesta, todo funciona bárbaro”, opinó. telam.