Mikhail Baryshnikov estrena Letter to a Man
Es un espectáculo basado en los diarios del Nijinsky, que se estrenará el jueves.
A la hora señalada, llegan a uno de los halles del Teatro Coliseo el bailarín ruso Mikhail Baryshnikov y el director norteamericano Robert Wilson. El jueves estrenarán en Buenos Aires Letter to a man, espectáculo basado en los diarios del Nijinsky. Frente a una gran cantidad de periodistas, grabadores, cámaras y celulares que los enfocan, toma la palabra el gran director de escena para explicar su modo de trabajo. Pero, de golpe, suena un teléfono. Es el suyo. Lo apaga. Acota: “Era Donald Trump, le tuve que decir que estaba ocupado”. Y sigue con lo suyo, con un gráfico que va dibujando en el cual aplica fórmulas matemáticas para traducir en escena un relato de un hombre que se debate con su propio locura, con su propia esquizofrenia.
“Yo pienso al teatro en términos visuales. Una vez que veo al espacio me resulta más fácil pensar en cómo llenarlo. Mis trabajos responden a una sucesión de tiempos y espacios, pienso en momentos interiores y exteriores, en movimientos rápidos y lentos, en momentos más coloridos que otros. En el teatro, como en la vida, hacemos leyes para no cumplirlas, para quebrarlas”, explica.
Verdadero maestro de la palabra, este señor que es uno de los grandes renovadores de la escena del fin de siglo habla del señor que está sentado a su lado, unas de las figuras del ballet clásico del siglo pasado, con quien ya hizo The Old Woman, experiencia visual en la Baryshnikov compartía escena con Willem Dafoe y que se vio en esta ciudad hace unos años. Dice: “Uno de los aspectos más extraordinarias de él es que, como bailarín, entiende de qué se trata tanto el movimiento como la quietud. El músico y compositor John Cage sostenía que no hay nada como el silencio. Escuchar el silencio nos ayuda a que los sonidos sean más audibles y en la obra que se verá en Buenos Aires es muy importante escuchar”. Dice esto y se queda en silencio. Uno, dos, tres; varios segundos. “Mi trabajo como puestista no es interpretativo. No es que no tenga significados, tiene muchos. No es importante decir qué es una cosa sino preguntarse qué es. Esa es la razón por la que trabajamos”.
El señor que está a su lado ahora toma la posta. Aunque decididamente lo suyo no sea hablar frente a las cámaras, confiesa su alegría de estar en Buenos Aires y su admiración por la danza, la música y la cultura local. Traza un recorrido por su propia vida artística en esta ciudad que conoció a fines de los setenta y la de su admirado Vaslav Nijinsky, quien se casó aquí, quien en 1918 bailó en Montevideo en lo que fue su última presentación frente al público. Un año después, Nijinsky escribió el diario que ellos tomaron como elemento inspirador. “Lo que presentaremos no es un obra sobre su vida. El diario fue escrito en seis semanas por una persona que cae en la locura. Es el recuerdo de un hombre perturbado. Con Bob hicimos una especie de collage en donde aparece su relación con Dios, con el pacifismo, con la creación artística”.
Baryshnikov no bailará. Hará, si se quiere, lo que siempre hizo: habitar la escena. “Empecé a estudiar danza a los 10 años. O sea que llevo casi 60 años en esto. Para mí, no hay separación entre la vida y el escenario. Los altibajos en mi vida privada como mi búsqueda profesional siempre estuvieron ligados en un equilibrio frágil. Nunca pensé por separado, siempre veo al conjunto”, explicó para trazar un recorrido de su pasado como bailarín y su presente como actor.
Desde esa mirada del conjunto, y como trazando un hilo conductor con ese celular y la humorada de Robert Wilson diciendo que era el mismo Trump quien llamaba, acota: “Siempre hay conflictos entre una cosa y la otra. También en términos sociopolíticos, en la relación que tiene el gobierno actual [de Estados Unidos] con las artes. La política tiene efectos en nuestra actividad futura”.
El espectáculo tiene producción de Lino Patalano y hará funciones desde el jueves 7 al sábado 9, a las 20.30; domingo 10, a las 18.30; martes 12, miércoles 13 y jueves 14 a las 20.30 en el teatro Coliseo, Marcelo T. de Alvear 1125.