Fito Páez tocó gratis en Rosario y envió un mensaje a los tripulantes del submarino ARA San Juan
Unas diez mil personas se congregaron en la plaza San Martín. Tocó tres temas nuevos. Los detalles.
Con un recital gratuito y multitudinario, Fito Páez presentó esta noche en Rosario su nuevo disco, “Ciudad liberada”, que mañana estará a la venta. Fueron 50 minutos en los que mostró tres temas nuevos y repasó sus viejos éxitos, todo, atravesado por las emociones: tocó en una plaza céntrica, a la vuelta de la casa de su infancia, y recordó a los submarinistas del ARA San Juan y a los familiares, para los que pidió “todo nuestro amor”.
“Que hermoso estar aquí, a la vuelta de mi casa. Bienvenidos a Ciudad Liberada”, saludó cuando caía la tarde. Unas 10 mil personas se reunieron en la plaza San Martín, en pleno centro de Rosario, frente a la sede local de la gobernación.
El lugar está ubicado a 150 metros de la casa donde vivió Fito en su infancia, el sitio donde asesinaron a sus abuelas, una tragedia que inspiró el disco “Ciudad de pobres corazones”.
El recital intentó ser una sorpresa preparada por la municipalidad de Rosario y la discográfica Sony, pero la magnitud del evento se filtró un día antes. Hoy las autoridades debieron reconocer que a las 19 tocaba el músico, uno de los iconos artísticos de Rosario. El corazón de la ciudad se vio alterado en una hora pico.
Cinco minutos después de lo anunciado Fito saludó y sonaron los acordes de “Aleluya al sol”, su pegadizo primer corte de difusión. Luego llegó “Tu vida, mi vida”, con aires en la base rítmica a “No soy un extraño”, uno de los grandes éxitos de su amigo Charly García.
El tercer tema, que le da nombre al disco, es una denuncia contra “los nazis y los fachos de mierda”, donde el músico reclama que “el amor explote en todas las plazas” y “a los pibes no le metan balas”.
Siguiendo la estética de la portada de su nuevo álbum, Fito se mostró con los ojos y las uñas pintadas. En la tapa que ya se difundió se lo ve en un cuidado montaje con su rostro y el cuerpo de una mujer.
Después de los estrenos llegó el tiempo de regalar viejos éxitos. La gente bailó, cantó y hasta hizo “pogo” con “Circo beat”, “Tema de Piluso”, “El amor después del amor” y “Un vestido y un amor”, los tres últimos con Fito solo en el piano.
Después llegó “Brillante sobre el mic” y la dedicatoria para los submarinistas del ARA. Aunque aclaró que se trataba de una noticia “no confirmada”, habló de la posible explosión del buque y pidió para “los muchachos del ARA San Juan y para sus familiares todo nuestro amor”.
Con una banda potente y ajustada, en la que se destaca el guitarrista Juani Agüero, llegó uno de los momentos de mayor euforia cuando sonó “Ciudad de pobres corazones”. En “A rodar mi vida” revolearon remeras y el músico se atrevió a anunciar que a la noche ardería Rosario con otro recital sorpresa.
A la medianoche sonará en un boliche local el disco completo “Ciudad de pobres corazones”, editado en 1987. “Después de 30 años vamos a tocarlo entero”, prometió. No reveló el lugar. Pidió que “estén atentos”.
Era parte del juego. Las entradas, a cien pesos, volaron en un rato. Con “Mariposa Tecknicolor” llegó el final. El romance de Fito con su público estaba renovado. En su ciudad. En su barrio. En el mismo lugar en el que correteaba de chico y al que ahora volvió como estrella del rock nacional. (Clarin.com)