Una creación periodística de Luis Pedro Toni

Les Luthiers vuelve con Gran reserva, un show de grandes éxitos

Desde hoy, en el teatro Gran Rex, con el espectáculo antológico que estrenaron el año pasado.

Les Luthiers tuvo un gran año, no cabe duda. Comenzó 2017 con la noticia de que fueron elegidos para recibir el Premio Princesa de Asturias, uno de los más distinguidos de Europa. En mayo estrenaron un nuevo espectáculo de antología, Gran Reserva. En octubre viajaron a España para recibir el premio y desde hoy volverán a presentar su espectáculo en Buenos Aires, en el teatro Gran Rex. Serán, para empezar, ocho funciones. Ya no estará Carlos Nuñez Cortés, quien dejó los escenarios en septiembre, cuando el grupo cumplió 50 años, pero Les Luthiers sigue adelante con nuevos integrantes.

Con los años, algunas modas vuelven, pero el privilegio de Les Luthiers es no haberse ido durante el último medio siglo. “Más que un privilegio es un milagro”, comentó tiempo atrás Jorge Maronna, durante la entrevista que LA NACION sostuvo el año pasado con el sexteto. “En los primeros tiempos no nos imaginamos que íbamos a durar mucho -analiza Carlos López Puccio-. Creo que desde hace unas décadas estamos convencidos de que Les Luthiers va a seguir mientras vivamos”.

-¿Se fijan autopresiones, como cambiar el espectáculo cada tanto tiempo, o una determinada cantidad de funciones anuales?

Jorge Maronna: -En los primeros tiempos cumplíamos con un estreno cada año. Luego hubo público para hacer dos temporadas. Ahora es cada tres años. La etapa actual es la de las antologías, que es la mejor porque tiene una doble ventaja: no hay que probar cosas nuevas y da el placer de hacer cosas de lo mejor que hemos hecho. Funcionan como un show nuevo.

-Algunos piensan que se crea en la juventud y se recrea en la madurez. ¿Será que no hay mucho nuevo para decir o que vale la pena rescatar lo más valioso de lo anterior en antologías?

Maronna: -Tiene que ver con todo eso. Cuando estrenamos algo lo vamos probando en otros espectáculos. Vemos qué pasa, qué tenemos que cambiar. Ese pequeño estreno suele ser angustioso. Imaginate el estreno de todo junto.

Carlo López Puccio: -El último completo fue Lutherapia, creo que ahora no sé si nos daría el cuerpo para algo así.

-Tato, Martín, ¿se genera con ustedes una especie de empatía con lo que Jorge y Carlos cuentan o lo viven de otra manera?

Martín O’Connor: -Creo que los nervios y la ansiedad son los mismos, pero con menos experiencia y bagaje. La euforia es la misma. La empatía tiene que ver con que nos permitieron ser del grupo.

Tato Turano: -Para mí está fenómeno que Les Luthiers recree sus viejos éxitos. La gente lo pide. Lo veo en mi hermana, que viene a ver los espectáculos desde que estoy en Les Luthiers. Y desde antes también. Un día le dije un chiste que es de Les Luthiers y se rió como si lo hubiera escuchado por primera vez.

-Sucede con la mayoría. Y no sé si hay explicación para eso. El público de Les Luthiers se convierte en ese niño que quiere ver mil veces la misma película y se ríe siempre de la misma manera, en la misma parte del relato.

Marcos Mundstock: -Sólo veo nuestros videos cuando tenemos que reponer una obra. Y hay cosas que me causan mucha gracia. Quizás las hice 800 funciones, pero me vuelvo a reír.

López Puccio: -Tenemos un bagaje de cosas que siguen teniendo vigencia. ¿Por qué no le vamos a sacar el jugo?

-A fines de los sesenta podían escribir una chacarera sobre el ácido lisérgico. Hoy no van a escribir sobre las pastillas de las fiestas electrónicas porque no tienen 20 años. ¿Lo intemporal, eso que es mayoría en la obra de Les Luthiers, los conecta mejor con el público más joven?

Nuñez Cortés: -Creo que hay muchas cosas que atraviesan generaciones. Uno de los números de Gran Reserva es “Música y costumbres de Makanoa”. Tiene más de treinta años. Es una conferencia que podría darse hoy como hace 50 años.

-Pero termina publicitando un paraíso fiscal, tema tan actual desde los Panamá Papers.

Nuñez Cortés: -A eso iba. Terminaba con un material gracioso y entendible hace 30 años. La trajimos con algunos recortes que le vinieron bien y le cambiamos levemente el final con algo brutalmente actual.

Mundstock: -Aparte de esto, nosotros no fuimos localistas ni temporalistas. No nos gustaba hacer chistes con las palabras de moda. Nos pasó todo lo contrario. Eso tuvo sus frutos.

-¿Qué no debe faltar en una antología?

Maronna: -Alternancia de protagonismo. Diversidad de géneros musicales.

Mundstock: -Solos y grupos.

Nuñez Cortés: -Instrumentos informales.

Turano: -Sorpresa y dinámica. Y también hay que consultar si se puede hacer desde lo técnico. Cuando yo empecé con Les Luthiers hice un reemplazo de Daniel [Rabinovich] que había programado una operación de cadera. En un momento tenía que salir del escenario con la luz apagada y volver a entrar con un bajo colgado. Cuando le pregunté a uno de los asistentes dónde me iba a dejar el bajo para que yo lo agarrara durante el apagón, me respondió: “Vos salí así [levanta los brazos como si fuera una figura del arte egipcio] que yo me ocupo del resto”, me dijo.

-Siguen disfrutando de esa adrenalina de buscar la mayor eficacia. ¿Qué cosas perdieron y ganaron en estos cincuenta años? Dejemos aparte la pérdida irremplazable de algunos compañeros.

López Puccio: -Creo que lo que se pierde en cualquier profesión: juventud. Podíamos hacer tres funciones e irnos a cenar después. Antes teníamos más fuerza para dedicarnos a otras cosas. De lo ganado, mucha experiencia, alegría, haberla vivido bien.

Mundstock: -Tenemos en el público la verificación de que lo que hacemos funciona. Cada carcajada es un tónico. Los días que me siento mal o estoy cansado, cuando empieza la función soy feliz durante dos horas.

-¿Qué les faltaría ganar?

Mundstock:-Como dijo un día Daniel [Rabinovich], el Nobel de Física.
La química sigue funcionando

Durante las casi dos horas que dura Gran reserva, la nueva antología de Les Luthiers, la risa sigue siendo la constante. Y no es como las de las sitcoms. Allí hay gente a la que le pagan para reír. En los espectáculos de Les Luthiers la gente paga para reír. No importa si el espectáculo es nuevo o si es un grandes éxitos. Eso justifica el hecho de que desde hace algunos años los muchachos se dediquen a revisitar su repertorio. La novedad es que luego de la muerte de Daniel Rabinovich, los que eran suplentes, Horacio “Tato” Turano y Martín O’Connor, pasaron a ser titulares en el sexteto que lideran López Puccio, Maronna, Núñez Cortés y Mundstock. Y desde que hace un par de meses Nuñez Cortés sigue conectado al grupo pero no sube a los escenarios, su lugar sobre las tablas lo ocupa Tomás Mayer-Wolf (La Nación)