Siempre es bueno volver al circo
Como ya todos los años, el más refinado circo del mundo desembarca en el país entre los meses de marzo y abril con alguna de sus compañías itinerantes. En este caso, el Cirque du Soleil trajo a Argentina “Amaluna” esta temporada 2018. Este singular espectáculo creado en 2012 se caracteriza por una gran belleza visual, donde se le rinde homenaje a la mujer, a su fortaleza, sensibilidad, resiliencia y poder. En este sentido, y en consonancia con los tiempos que vivimos -ni una menos, por ejemplo- hay muchas más mujeres en escena que hombres y la orquesta que acompaña la trama está conformada sólo por chicas.
La historia se desarrolla en una isla mágica, llamada Amaluna, gobernada por diosas y guiada por los ciclos de la luna. Su reina, Próspera, organiza una fiesta para celebrar la llegada a la mayoría de edad de su hija, Miranda. Pero a raíz de una tormenta, un grupo de jóvenes desembarca en la isla y según la misma Lavoie, le ponen picante a la situación. La joven se enamora de uno de ellos, Romeo, y eso origina el enojo de la líder. La necesidad de independencia, la relación entre madre e hija, la confianza mutua y el amor se ponen en escena en la belleza del arte del Cirque.
Desde el 15 de marzo, fecha debut de la carpa azul y amarilla de Costanera Sur en Buenos Aires, las funciones se suceden con un lleno completo, y seguramente así seguirá siendo hasta el 8 de abril, momento en que la compañía comience a preparar todo para llevar el espectáculo a Córdoba.
Malabares, equilibrio, contorsiones, saltos desde las alturas, baile y la exquisita música que lo caracterizan hacen del Cirque du Soleil una experiencia única e irrepetible año tras año, disfrutable ciento por ciento.
GABRIELA BENTOLILA