Harvey Weinstein pagó 10 millones de dólares de fianza tras entregarse a la policía
El magnate de Hollywood denunciado por abuso sexual por decenas de mujeres se entregó a las autoridades.
Harvey Weinstein, denunciado por decenas de mujeres de distintas y repetidas agresiones sexuales, se presentó en la mañana de este viernes en una estación de policía de Nueva York.
El productor estadounidense fue inculpado este viernes de una violación y una agresión sexual, contra dos mujeres, indicó la policía de Nueva York, poco después de que se presentara ante las autoridades.
El cineasta llegó a Nueva York en un vuelo privado la noche del jueves. Pasadas las siete de la mañana, hora local, se entregó en la comisaria de Tribeca, el barrio donde fue el rey. Cruzó la nube de fotógrafos que le esperaba con tres grandes libros bajo el brazo, esta vez sin alfombra roja desplegada a su pies. Uno era la biografía del controvertido cineasta Elia Kazan, de Richard Schickel. Kazan delató a varios compañeros comunistas al macartismo. Otro de los títulos era Something wonderful, de Todd Purdum.
Hora y media después de completar su ficha policial, abandonó la comisaría esposado y sonriente para declarar ante el juez Kevin McGrath en la corte penal en Manhattan. El magistrado lo dejó en libertad tras imponerle 10 millones de dólares de fianza (8,5 millones de euros), de los que un millón deberá pagarlo en efectivo. La cifra es mucho más alta de los dos millones que, se especulaba, había pactado con el fiscal Cyrus Vance. Además ha tenido que entregar su pasaporte y llevará un brazalete electrónico. Sus movimientos estarán limitados.
El Departamento de Policía de Nueva York emitió una breve nota pasada una hora del arresto en la que explicaba que Weinstein está procesado y acusado por varios delitos sexuales castigados penalmente, entre ellos el de violación y abuso sexual en relación con dos mujeres. También agradece el coraje de las víctimas del productor “que dieron el paso al frente buscando justicia”.
En medio de un remolino de docenas de fotógrafos y cámaras de televisión, el magnate de 66 años se entregó a las autoridades casi ocho meses después de que su carrera se viera arrastrada al precipicio por las acusaciones que desataron el movimiento global de #MeToo.
Desde las primeras revelaciones contra Weinstein en octubre pasado, más de un centenar de mujeres entre las que se cuentan actrices como Angelina Jolie, Gwyneth Paltrow y Rose McGowan han afirmado que las acosó, que abusó sexualmente de ellas o incluso las violó.
Desde noviembre, la policía neoyorquina venía afirmando que tenía al menos “un caso real” contra Harvey Weinstein, quien también es investigado por presuntas agresiones en Los Ángeles y Londres.
Gracias a revelaciones del diario The New York Times y la revista New Yorker -cuyas investigaciones fueron recompensadas con el premio Pulitzer- se descubrió que Weinstein utilizó su poder para obligar a jóvenes actrices, o a aspirantes a serlo, para realizar sus fantasías sexuales, algunas veces haciéndose ayudar por sus empleados y comprando el silencio de sus víctimas con acuerdos de confidencialidad.
El caso provocó el surgimiento del poderoso movimiento #MeToo, que ha hundido a cientos de hombres de poder en muchas áreas, empezando por el cine y la televisión, pero también en el mundo de la moda, la música, la alta gastronomía y los medios. El estudio cofundado por Harvey Weinstein y su hermano Bob, demandado ante la justicia por tolerar y, a veces, facilitar el comportamiento predatorio del productor, fue declarado en quiebra. Desde marzo ha ido en aumento la presión sobre el fiscal de Manhattan, Cyrus Vance, acusado de retroceder frente a una difícil batalla judicial. Se le ha criticado no haber investigado a Weinstein desde 2015, cuando la modelo italiana Ambra Battilana Gutierrez acudió a la policía con una grabación que incriminaba al productor. Los fiscales dudan plantear acusaciones a falta de pruebas materiales del “no consentimiento” de la víctima, al temer que la defensa destruya la credibilidad de la parte acusadora, como ocurrió en el caso contra Bill Cosby, quien finalmente fue condenado por agresión sexual en un segundo proceso, que concluyó en abril.
Presionado por el movimiento “Time’s Up” para ayudar a las víctimas de acoso o agresión sexual en el trabajo, el fiscal del Estado de Nueva York, Eric Schneiderman, anunció el lanzamiento de “un examen exhaustivo, imparcial e independiente” de las razones por las cuales el fiscal Vance no había hasta ahora presentado cargos contra Weinstein.
Después de eso, el propio Schneiderman se vio obligado a renunciar tras la divulgación de denuncias de violencia contra las mujeres en su contra. Padre de cinco hijos, casado dos veces y divorciado después de estallar el escándalo, Weinstein ha negado sistemáticamente haber sostenido relaciones no consensuadas y expertos estiman que se declarará inocente.