El teatro vive su peor momento en cuatro años
La disminución en la venta de tickets convive con problemas en los dos organismos de fomento clave para que la actividad se sostenga.
Durante el mes pasado, en el circuito de teatro comercial se produjo una caída en la venta de entradas del 27% en comparación a junio del año pasado. Según otros datos estadísticos de Aadet, la asociación que agrupa a los teatros comerciales, en mayo la caída de espectadores respecto de la del año pasado había sido del 12%. Desde la entidad consideran que se trata del peor semestre de los últimos cuatro años. En lo que hace a la recaudación total de los 23 teatros porteños asociados a Aadet (un abanico que va desde La Plaza hasta el Konex pasando por el Maipo y el Gran Rex, entre otros) se produjo una caída del 25 por ciento. Lo cual, contando la inflación interanual, implica una baja del 50%.
Por su parte, Artei, entidad que agrupa a salas del circuito independiente porteño, acaba de procesar los datos de una muestra estadística con datos aportados por 40 salas. Según ese relevamiento detectan para este primer semestre un descenso de espectadores del 33% en comparación con el semestre de 2017. Según otra estadística realizada por la página Alternativa Teatral sobre la base de una muestra que procesó datos de 35 salas de ese mismo sector, la disminución de espectadores no sería tan crítica. En junio de un año y el otro, la cantidad es casi igual: promedia los 49.500 espectadores. De analizar estos seis primeros meses y su variación interanual se dibuja una línea decreciente.
Más allá de estos números, este circuito está ante una situación crítica. Las salas alternativas, desde Timbre 4 hasta Belisario pasando por tantas otras que nunca serán negocios, dependen para su funcionamiento de los subsidios estatales, y es ahí donde se presenta otro escenario de números en rojo. En el mapa de la ciudad son dos las entidades de fomento que entregan subsidios de salas: el Instituto Nacional del Teatro (INT), que depende del Ministerio de Cultura de la Nación y cuyo accionar está destinado a todo el país, y Proteatro, del Ministerio de Cultura porteño y cuyo radio de acción es Buenos Aires. El primero, según la ejecución presupuestaria del año pasado y lo que se estima para el año actual, tendrá un incremento del casi 28%, índice cercano al cálculo inflacionario. El panorama en Proteatro es, decididamente, desalentador: entre aportes propios y refuerzos presupuestarios pasó de manejar 43.545.000 pesos a 36.545.000.
Desde Artei señalan otro dato: la constante demora en el cobro de esos subsidios y la madeja burocrática del INT para poder dar con esos aportes públicos. Ambas entidades, además, otorgan subsidios para la creación escénica. Esa línea de fomento también es implementada por otras dos entidades porteñas: Prodanza y el Fondo Metropolitano. El primero, que hace eje en la actividad coreográfica, tuvo un incremento presupuestario de casi 7%. Al segundo, cuya línea de acción abarca todas las disciplinas artísticas, habrá que entenderlo como la niña bonita de la actual administración: pasó de contar con 7 millones de pesos a 25.
En el contexto económico recesivo, el escenario de la pronunciada disminución de espectadores en el circuito comercial, j unto con el escenario de la disminución presupuestaria en los dos organismos que son vitales para la escena alternativa se combina con otro escenario: el aumento de las tarifas de los servicios públicos y de los alquileres (más de la mitad de las salas alternativas son alquiladas).
De todos modos, tanto un circuito como el otro se resisten a trasladar esos incrementos al precio de entrada. Según Aadet, que tiene muy aceitada sus estadísticas, el valor promedio de las entradas para las obras del eje de la calle Corrientes apenas tuvo un incremento interanual del 3%. Según Artei, el 60% de las salas del sector aumentaron el precio de las entradas. Dicho incremento ronda el 10%. El análisis de este primer semestre agrega un caso llamativo para ese sector: la proliferación de funciones a la gorra.
La combinación de estos escenarios enciende señales de alarma. Desde Artei reclaman al Gobierno que se aplique un fondo de emergencia para el sector. Afirman que de no generarse un accionar concreto por parte del Estado, varias salas deberán cerrar (La Ranchería ya anunció que deberá suspender sus actividades).
Como siempre sucede, el mes actual en un circuito como en el otro es considerado bisagra, ya que es cuando se da el pico anual de espectadores gracias a la variada oferta de espectáculos para las vacaciones de invierno. Lo que suceda estas semanas definirá la tendencia del año.
Las más vistas en el circuito comercial
Les Luthiers, Teatro Gran Rex.
Moldavsky sigue suelto,en el Apolo.
El violinista en el tejado, en el Astral.
Sidddharta, en el Broadway.
¿Qué hacemos con Walter?, en el Multiteatro.
Sugar, en el Lola Membrives.
Los vecinos de arriba, en el Metropolitan.
Perfectos desconocidos,en el Metropolitan.
Sunset Boulevard, en el Maipo.
Sin filtro, en La Plaza.
Fuente: Aadet, registro de la semana anterior
Las más buscadas en el circuito teatral alternativo
Matate amor, en Santos 4040
Microteatro, en Microteatro Buenos Aires
La forma de las cosas, en el Método Kairós
Hamlet, en el Centro Cultural de la Cooperación
¡Mamita!, en El Galpón de Guevara
(Alejandro Cruz, para La Nación)