Una creación periodística de Luis Pedro Toni

Julieta Prandi habló de su separación

 La modelo brindó los detalles que motivaron su separación de Claudio Contardi

Julieta Prandi se separó de Claudio Contardi en 2018, luego de diez años de relación y dos hijos en común. Este sábado participó del ciclo Podemos Hablar y se animó a dar detalles de su decisión.

La modelo precisó que en diciembre comenzó con los trámites del divorcio, pero que recién en febrero tomó la decisión de irse de la casa que compartía con Contardi y sus dos hijos, Mateo y Rocco, ya que él no quería dejar la propiedad.

“La última parte no estuvo buena, fueron muchos años y le tengo un cariño enorme, es el papá de mis hijos. Estuvimos juntos desde el 2008 hasta el 2018, diez años. Nos casamos en el 2011… Es una relación que se merece todo mi respeto pero quizás se terminó, en un punto, el amor de pareja. Seguimos siendo una familia porque somos padres de Mateo y Rocco pero hubo cositas en la relación que estuvieron mal, mentiras, cosas que no funcionaban y yo sabía que tenía que terminarlas”, relató.

Con respecto a la sepración formal, reveló: “Me tuve que ir de mi casa. Él no quería irse así que me fui yo con los nenes. Por supuesto ahora tenemos el tiempo distribuido para que él los vea también. Alquilé un departamento, es algo provisorio, estoy con los trámites de divorcio. Hace poco tuvimos una audiencia y, si bien inicié el trámite en diciembre de manera unilateral, en esta audiencia firmamos los dos, así que es de común acuerdo”.

Prandi no la pasó bien los últimos meses de convivencia con su marido, ya que seguían compartiendo el techo por sus hijos a pesar de estar separados de hecho: “Uno hace por los hijos cosas que son impensadas y soporta muchas cosas. Estábamos separados bajo el mismo techo y viviendo una situación no del todo amena y para preservarlos a ellos prefería no decirles nada y llorar en silencio”.

Frente a esta confesión, Andy Kusnetzoff le preguntó si sufrió “algún tipo de violencia”, a lo que ella respondió: “No, pero hubo muchas situaciones en donde no congeniamos, y cuando una pareja está rota y tiene que vivir bajo un mismo techo la conversación es otra, y el tono es otro. Había que iniciar sí o sí el trámite de divorcio porque si no él podría haber seguido así eternamente y yo ya no podía seguir más”.

Finalmente, concluyó: “Después viene un proceso que es horrible: el de la separación. No solo lo de cada uno, sino también las cosas legales, los trámites, la burocracia, los regímenes de visitas”.