Pedro Almodóvar acoge el León de Oro de Honor de la Mostra de Venecia como “un acto de justicia poética” después de que el jurado de la edición de 1988 le negara el premio a la mejor película por Mujeres al borde de un ataque de nervios pese a que el presidente del tribunal, Sergio Leone, le hubiera dicho que le había gustado muchísimo.

Almodóvar merece el premio pero es un “león herido”, tituló el martes el destacado diario local Corriere del Veneto en su especial sobre el certamen. “Reirá, reirá. Ciertamente el viejo Almodóvar reirá cuando sostenga en sus manos el León de Oro por toda una Carrera que la dirección de la Mostra le ha concedido (justamente)”, señalaba el periódico. Para después precisar: “Pero tal vez en el fondo de su corazón sienta una pizca de rabia melancólica” al no haber obtenido nunca, “en su larga y animada vida”, el primer premio de ninguno de “los dos festivales más importantes, la propia Mostra y Cannes”.

El director mostró efectivamente esa faceta de hombre algo dolido cuando, horas antes de recibir el premio, intervino en conferencia de prensa para comentar el reconocimiento y repasar su trayectoria ante los periodistas acreditados en la Mostra.

Un león herido

El realizador manchego ha participado “sólo dos veces” en el festival de Venecia –indicaba el rotativo–, mientras que a la Palma de Oro de Cannes ha optado en seis ediciones, incluida la de mayo pasado, cuando su autobiográfica película Dolor y Gloria no consiguió el galardón pese a que parte de la crítica la consideraba favorita. Al menos, Antonio Banderas sí se llevó el reconocimiento al mejor actor por su papel en el filme.