Una creación periodística de Luis Pedro Toni

Bernarda Llorente y Nahuel Sosa: debate de medios

Con la participación de la presidenta de Telam, Bernarda Llorente, y el sociólogo Nahuel Sosa, Luli Trujillo, Pablo Caruso y Darío Sztajnszrajber abrieron el debate en Desiguales de la tv Pública sobre las acciones de los medios de comunicación masivos que buscan minar la confianza en cada una de las políticas desarrolladas para defender a la población frente a la pandemia del SARS-COVID.

Al abrir el debate, Darío Sztajnszrajber se preguntó: “¿Hasta qué punto la pandemia puede generar en el ser humano o en la sociedad, una conversión generalizada?” Al respecto, el filósofo reflexionó: “Me parece que lo que hizo fue dejar traslucir lo que ya éramos. Se blanqueó a fondo un dispositivo que ya venía funcionando. ¿Por qué pensar que los medios se iban a comportar distinto? Al revés, la pandemia muestra de modo más descarnado, el funcionamiento de los medios de comunicación que ya venían siendo lo que eran antes”.

Para Bernarda Llorente, “la primera cuestión en crisis son algunas reglas elementales del periodismo. Veo una distorsión de las pautas básicas y de la función fundamental del periodismo”. Luego de recordar el aniversario del asesinato de Rodolfo Walsh, la presidenta de Télam agregó que “el periodismo de los sesenta era muy comprometido, pero era un periodismo de muchísima calidad”.

Por su parte, Nahuel Sosa señaló que “cuando se analiza la historia de otras catástrofes, otras pandemias, desastres naturales o las guerras mundiales, las sociedades no vuelven a ser las mismas. Lo que hacen esos hechos traumáticos es  desnudar o visibilizar desigualdades que pueden estar latentes o manifiestas”. El sociólogo opinó que “estamos en un proceso de transición, en el que la sociedad se está discutiendo a sí misma”.

En ese sentido, destacó que “cuando aparece el COVID, volvieron a estar al frente las políticas de cuidado, el rol de lo público, del Estado; nuevas agendas, como la reforma tributaria, el derecho a la desconexión, la agenda ambiental”.

Así comenzó el intercambio en la emisión especial de Desiguales, junto a Luli Trujillo, Pablo Caruso y Darío Sztajnszrajber, con la visita de la presidenta de la Agencia de Noticias Télam, Bernarda Llorente, y el sociólogo y docente Nahuel Sosa, Director del Centro de Pensamiento Genera.

Respecto del fenómeno de la Infodemia, Sosa opinó que ante esos nuevos debates abiertos por la pandemia, “hubo una reacción muy agresiva de las elites. Parte de esa reacción fueron las falsas dicotomías”. En ese sentido, recordó algunas como “esto es individuo o autoritarismo, república o  populismo autoritario; desplegaron discursos de odio y las fake news como una práctica política, o de antipolítica”.

Desde su perspectiva, sostuvo que “el neoliberalismo es un proyecto económico, pero fundamentalmente es un proyecto cultural. No puede implementar un proyecto de ajuste sin determinadas narrativas que le permitan consenso social”. Momentos como los que se desencadenaron desde la aparición del COVID, señaló, “son propicios para la estigmatización. Estamos los sanos versus los infectados o de quién fue la culpa del virus”.

Esto, dijo, “tiene efectos en la realidad. Es peligroso, porque lo que hacen las elites es fomentar estos discursos estigmatizantes sobre los grupos sociales, por ejemplo la idea de parásitos, los que no trabajan”.

Para Sosa, “el discurso del odio se basa en negar al otro. No es un par. Para eso construyo violencia material o violencia simbólica o ambas, y lo que hago es apelar a cuestiones irracionales, o se empiezan a construir motivos para que sea legítimo odiar. Lo que genera el efecto burbuja –dijo– es que yo soy incapaz de tejer un diálogo con cualquier alteridad disonante, no puedo tejer un diálogo con otro distinto al mío. Se pierde una habilidad ciudadana en el sentido más pleno profundo de la palabra”.

Por su parte, Llorente se refirió a la plataforma Confiar, la iniciativa de la Agencia Télam como un espacio de información confiable: “Es confiar en la fuente, en la ciencia, en las voces autorizadas”, destacó y agregó que: “La infodemia aparece en el mundo antes que en la Argentina y si bien uno puede creer en cualquier cosa o en los comentarios más disparatados, cuando la gente se sintió en riesgo, hubo un retroceso y una necesidad de informarse en los lugares donde les pudieran dar tranquilidad, porque las informaciones fuera de contexto no solo llevaron a la gente a una situación de riesgo físico, sino también en términos de salud mental”.

La presidenta de Télam insistió en que “la pandemia puso en blanco sobre negro la radiografía del mundo que teníamos. Ese mundo ya estaba en crisis mucho tiempo antes: ya se hablaba de la posverdad, de que era relativa; en la Argentina tuvimos un gobierno donde era más importante la simulación que la realidad y que la podía reemplazar”.
“Este mundo en crisis –agregó– se caracterizaba por ser demasiado desigual, que quizá era imbancable para los grandes ricos del mundo, que decían que iba a ser invivible. Un mundo que volteó gran parte de las regulaciones y se dio cuenta que el cambio climático era una realidad; un mundo del descarte, como dijo el Papa Francisco muchas veces, donde es difícil la convivencia”.

“La pandemia nos puso frente a ese mundo y sobre todo frente a la posibilidad de cómo nos vamos a plantear la pospandemia”. El debate hoy, concluyó, es si “vamos a ser capaces de cambiar el mundo que viene: estas relaciones de poder tan asimétricas y quién va a pagar la crisis”.

Respecto de las regulaciones en este campo, Nahuel Sosa se mostró favorable a “recuperar la comunicación como un derecho humano”, lo que implica acceder “a esa información, pero también tener el derecho a producir esa información.” En tal sentido, reseñó que “en 2007 alrededor de 130 empresas controlaban el tráfico en Internet, en 2014 eran 35 y hoy son cinco. “Si hay oligopolios, no hay democracia digital”, sentenció.

A su tiempo, Bernarda Llorente señaló que esas “cinco empresas digitales ni siquiera pagan impuestos en sus lugares de origen y se caracterizan por generar riqueza y dinero sin poseer los bienes”.

La titular de Télam dijo ser optimista “cuando veo a Merkel diciendo que los medios tienen que estar regulados por los parlamentos, por el voto de la gente. Hay que salir de esa falsa dicotomía de que tenemos una prensa libre que no se puede regular de ninguna forma, o ponemos regulaciones que nos mejoren a todos. O cuando veo que en Estados Unidos, las grandes redes se sienten bien porque lo censuran a Trump después de haberlo creado”.

Sosa coincidió, al señalar que “regular lo veo como sinónimo de democratizar”. Dijo que es necesario garantizar “el acceso a las redes, que gran parte de la población mundial no tiene, pero una vez que accedés a las redes, qué haces con esa sobre información o desinformación”.

Insistió en que “ante el proceso de concentración, el propio establishment digital va produciendo con el algoritmo esas falsas informaciones. El algoritmo es político –aseguró–, entonces en la medida que no haya una ética del algoritmo es muy difícil discernir, dejarle a una persona por voluntad propia. Ahí aparece la discusión sobre cuál es el rol del estado y de la comunidad”.

Sobre el lugar del periodismo en ese contexto, Bernarda Llorente opinó que lo primero “es sincerarse; el periodismo se metió de lleno en la política, sobre todo a partir de los intereses de grandes corporaciones que tienen intereses que van mucho más allá de informar o incluso del rating, tienen intereses económicos importantes que defender. Cómo volver al periodismo –se preguntó–, volviendo a proteger a los ciudadanos y ciudadanas y no poner toda la responsabilidad en el Estado. Tiene que haber regulaciones sobre situaciones nuevas, simultáneamente tenemos que educar ciudadanos más democráticamente con otros accesos que es lo que te permite diferenciar si algo es falso o no. Nosotros como periodistas responsables, primero volvamos a las fuentes. Al periodismo de datos, informativo, al chequeo y después hagamos periodismo de opinión, pero en un debate sobre ideas y no distorsionar la realidad sobre nuestras ideas”.

Por su parte, Sosa opinó que “Hace falta imaginación política”, porque en “los procesos progresistas, emancipatorios, es necesario pensar el futuro no como una incertidumbre sino como un derecho colectivo”, destacó que la “infodemia no la podemos disociar de una radicalización de las derechas” y opinó que “la salida de esta pandemia puede ser con más discursos de odio, con más concentración de las elites, que siempre hacen un negocio de la tragedia o puede ser con más estado, con más democracia y más ampliación de derecho. Pero es necesario que no nos achanchemos y recuperemos imaginación política”.
 
El programa mostró un amplio recorrido por las palabras de dirigentes partidarios y comunicadores que a lo largo de todo el año buscaron minar la confianza en todas las acciones desplegadas para prevenir los efectos de la pandemia: el aislamiento preventivo y obligatorio, la vacunación, el impuesto a la riqueza, entre otros.

Cada lunes a las 22.00, Luli Trujillo y Pablo Caruso abren el debate en Desiguales, una propuesta de Televisión Pública orientada a reflexionar sobre los problemas del presente, profundizando el análisis de temas e ideas que nos afectan cotidianamente, con una mirada amplia. La desigualdad, la pandemia, la meritocracia, el odio, las fakes news, son algunos de los temas sobre los que se abre el análisis cada lunes. El programa recibe invitados especiales de diversos ámbitos: pensadores, artistas, periodistas especializados, empresarios, deportistas, filósofos y científicos, brindarán la posibilidad de escuchar diferentes voces sobre cada tema.