1º de Mayo: fecha que conmueve a los trabajadores
POR DIEGO BAROVERO -El 1º de mayo es una fecha constitutiva por su trascendencia sobre cuestiones inherentes a la reivindicación de derechos sociales en todo el mundo, y desde luego en la Argentina tiene su propio origen y tradición.
Para referirnos a la efemérides recurrimos en consulta a un especialista en el mundo del sindicalismo organizado y su historia y evolución desde el periodismo y la investigación histórica. Se trata
de Santiago Senén González, que fuera también columnista de este diario y que posee uno de los más calificados y completos archivos de la historia del movimiento obrero argentino. Autor y coautor de una decena de libros e incontables artículos sobre la materia, es un referente insoslayable en la cuestión.
Lo visitamos en su casa-estudio cercana al Parque Lezama de la Ciudad, departimos largas horas, algunas de ellas han sido grabadas y se han tomado apuntes de dichas conversaciones, a partir de las que se elabora el presente artículo.
En la República Argentina, el 1º de Mayo tiene su primera conmemoración en 1890, con una concentración o “meeting” según la denominación de la época, en El Prado Español, lo que hoy conocemos como Plaza Francia, en Recoleta, a las 15.15 dió inicio la reunión con una concurrencia de unas 1200 personas (una enormidad para la época).
¿Quiénes eran los organizadores y los concurrentes a dicho encuentro? Antes de 1890 se habían constituído en el país diversos sindicatos y asociaciones correspondientes a diversas actividades que comenzaban a desarrollarse, como la recordada Sociedad de Tipógrafos de 1878, pero hasta aquél 1º de mayo de 1890 nunca se habían convocado orgánicamente a los trabajadores organizados de las más disímiles ramas de la producción en defensa de sus reivindicaciones y derechos. Comenzaba por entonces a existir una incipiente conciencia social de obreros y trabajadores, que sería el signo de la época.
FECHA CONMOVEDORA
Es una fecha que conmueve con fuerza a los trabajadores, la lucha por el progreso social, el bienestar general y la justa distribución de la riqueza, así como la primera gran reivindicación del movimiento: la jornada laboral de ocho horas.
Fue en Estados Unidos durante la segunda mitad del siglo XIX donde la agitación y la lucha obrera por este reclamo adquirió gran vigor y provocó fuertes conflictos. En 1877, los ferroviarios fueron a la huelga por las 8 horas y fueron violentamente derrotados en Pittsburg. En 1881 se constituyó la American Federation of Labor (AFL) y a fines de 1884 el Congreso de Chicago de la AFL lanzó una campaña nacional de lucha en defensa de esa reivindicación.
En 1886 numerosas huelgas con características violentas fueron reprimidas con mayor virulencia. El 3 de mayo se desató una tragedia de proporciones, la manifestación obrera es baleada a mansalva con el resultado de varias muertes, y el agregado un ataque con bombas contra los policías. Chicago fue escenario de la masacre.
Dos semanas y media mas tarde se inició un juicio a los dirigentes obreros acusados de ser responsables de la violencia. El tribunal, expeditivo y sentencia la condena a la horca. El 11 de noviembre de 1887 se ejecutó la sentencia contra cinco de ellos, que serán conocidos desde entonces como los Mártires de Chicago, si bien investigaciones posteriores dieron cuenta de las presiones y manipulaciones de intereses políticos para lograr ese resultado.
Los acontecimientos impactaron profundamente en todo el movimiento obrero a nivel mundial, a pesar de las divisiones entre anarquistas y socialistas, más violentos e intransigentes los primeros, reformistas los segundos, en el Congreso de la Internacional Socialistas celebrado el 14 de julio de 1889 se resolvió impulsar el 1º de mayo como Día Internacional de los Trabajadores.
COMITE OBRERO
A iniciativa del Club Worwarts se creó en la Argentina el Comité Internacional Obrero que incluyó a sindicatos y diversas organizaciones que el 30 de marzo de 1890 resolvió: “1- Convocar a los
obreros de la Capital a un mitin a celebrarse el 1 de mayo, 2- Crear la Federación de Obreros en esta República. 3- Editar un periódico para la defensa de la clase trabajadora. 4- Dirigir una petición al Congreso Nacional para solicitar la sanción de leyes protectores de la clase obrera”.
Así nació el 1º de mayo en la República Argentina y la FORA, cuyo periódico “El Obrero” dirigía Germán Ave Lallemant, y la petición mencionada (una especie de anticipo de posteriores institutos de democracia semi directa hoy vigentes en la CN) reunió algo más de 7400 firmas.
Singular coincidencia, dos semanas antes en otro multitudinario meeting quedaba constituida la Unión Cívica heterogénea unidad opositora al régimen conservador que reclamaba el sufragio libre y el
cese de negociados económicos. Allí estaban Leandro Alem, Bartolomé Mitre, Aristóbulo Del Valle, Hipólito Yrigoyen y Juan B. Justo (que un lustro después fundaría el primer Partido Socialista en la
República).
Aún así fue difícil el ambiente para los cambios sociales que buscaba estos movimientos políticos y sociales. Catorce años debieron pasar hasta que fuera electo el primer diputado socialista, Alfredo Palacios, que comenzó a impulsar las reivindicaciones de los trabajadores desde el Parlamento.
Posteriores y sucesivos actos por el 1º de mayo se constituyeron en trágicas manifestaciones por la violenta reacción policial y la profusión de sangre de manifestantes obreros. Así fue característico desde comienzos del siglo XX en 1904, 1905, 1909 y 1910.¬
El Estado de entonces respondió con legislación más represiva aún por medio de las leyes de Residencia y de Defensa Social que tenían por objeto deportar a los individuos (extranjeros y activistas)
identificados como disolventes y subversivos. Tardó en llegar el reconocimiento hasta luego de la aplicación de la Ley Sáenz Peña que llevó al gobierno al primer presidente elegido por el pueblo, Hipólito Yrigoyen quien como su sucesor Marcelo T. de Alvear reconocieron la fecha del 1º de mayo como Fiesta Nacional del Día del Trabajador, además del impulso a algunas leyes de mejora de condiciones laborales y no tuvieron inconveniente en recibir en la Casa Rosada delegaciones de las federaciones obreras y de sindicatos que llegaban allí a plantear sus legítimas reivindicaciones.
En foto el autor de la nota y el historiador Santiago Senen Gonzalez.
Diego Barovero
Presidente del Instituto Nacional Yrigoyeneano.