Las Leonas, gloria con El voley y El rugby
La delegación argentina no pudo conseguir ningún oro tras cuatro Juegos consecutivos (Atenas 2004, Beijing 2008, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016) con medallas doradas, pero tuvo las grandes actuaciones de Las Leonas, el voley masculino y el rugby seven. La vigencia de Las Leonas, la gloria del vóleibol y el rugby; las despedidas de Paula Pareto, Luis Scola y Pedro Ibarra; la revelación de Lucas Guzmán y las frustraciones del seleccionado de fútbol, Santiago Lange, Cecilia Carranza o Delfina Pignatiello constituyen, entre otros, los hechos más destacados de los Juegos Olímpicos Tokio 2020 que se clausuraron este domingo en la capital japonesa.
El hockey sobre césped argentino volvió a subirse a un podio olímpico como sucede ininterrumpidamente desde Sydney 2000, en los tiempos de la construcción de la mística de Las Leonas. Esta vez fueron nuevamente las chicas las que consiguieron una medalla de plata, la tercera en todo el ciclo, después de quedar relegadas en Río 2016, donde se consagraron los varones con una sorpresivo oro.
El DT Carlos “Chapa” Retegui formó un equipo con 13 debutantes olímpicas que honró el historial competitivo del seleccionado femenino y estuvo a la altura de los mejores del mundo, incluso del campeón invicto Países Bajos.
Las Leonas sumaron la quinta medalla de los últimos 21 años (3 platas y 2 bronces) y confirmaron que los rasgos históricos de su identidad permanecen claramente reconocibles en su fisonomía colectiva.
La sorpresa del voley masculino. Sin demasiado crédito en el exterior pero fundamentado en su propia confianza interna, el seleccionado argentino protagonizó el hecho deportivo más relevante del vóleibol nacional desde Seúl ’88: la conquista del bronce olímpico.
El equipo de Marcelo Méndez, con el liderazgo de Facundo Conte, repitió la gesta llevada a cabo por aquella formación “albiceleste” en la que destacaban su padre Hugo, Daniel Castellani, Waldo Kantor y Jon Uriarte.
A poco tiempo de cumplir una discreta actuación en la Liga de Naciones 2021, Argentina maduró como un conjunto confiable y determinado para darle disputa a las potencias de la disciplina. En su camino al bronce se impuso sobre Estados Unidos, Francia, Italia y Brasil, último campeón olímpico.
Santiago Lange y Cecilia Carranza Saroli fueron los abanderados argentinos en Tokio 2020.
Fin de ciclo: la separación de Lange y Carranza
El binomio Santiago Lange-Cecilia Carraza Saroli llegó a Tokio 2020 como el equipo de vela con mayores posibilidades de obtener una medalla, basado en su condición de ganador del oro de la clase Nacra 17 en Río 2016.
Los resultados sobre las aguas de la Bahía de Sagami no fueron los esperados, especialmente en las regatas regulares. Así, las abanderados argentinos llegaron a la medal race sin oportunidades de
pelear por el podio y se despidieron con una digna victoria en esa prueba, lo que les brindó un diploma olímpico.
Una actuación meritoria pero por debajo de las propias expectativas del equipo, que días después de la competencia anunció su separación.
Fin de ciclo
En estos Juegos Olímpicos, el rugby -en su versión seven- se transformó en el 19no. deporte en aportar una medalla para Argentina en la historia. Sucedió en su segunda participación después del debut de la disciplina en Río 2016 y tres años del oro logrado en los Juegos de la Juventud en Buenos Aires.
Con una base de ambos equipos, el entrenador Santiago Gómez Cora conformó gran un equipo que sólo perdió con Nueva Zelanda y Fiji, campeón hace cinco años en Brasil.
El bronce quedó asegurado con la victoria sobre Gran Bretaña, que significó una revancha por la eliminación en los cuartos de final de la anterior edición olímpica.
Los Juegos de Tokio 2020 quedaron en la memoria como los últimos de tres grandes campeones olímpicos: la judoca Paula Pareto, el basquetbolista Luis Scola y el defensor Pedro Ibarra, histórico
miembro de Los Leones. También como el de la despedida para Gonzalo Carou y Sebastián Simonet, dos referentes de Los Gladiadores del handball.
La “Peque” Pareto, ya consagrada como leyenda olímpica, mostró otra vez su coraje para competir y obtuvo un diploma luego de quedar eliminada en un repechaje por la medalla de bronce, al que llegó
condicionada por una lesión en el codo.
La campeona en Río 2016, también oro en el Mundial Astaná 2015 y en los Panamericanos Guadalajara 2011, cerró su etapa olímpica con dos preseas ya que en Beijing 2008 se había colgado el bronce.
Las lágrimas de Scola en su despedida.
A los 41 años, Luis Scola clausuró su historia como jugador del seleccionado argentino de básquetbol, iluminado por el brillo de los resultados con la Generación Dorada pero especialmente reconocido por su inobjetable condición de líder.
Con “Luifa”, oro en Atenas 2004 y bronce cuatro años más tarde en Beijing, se marcha una figura admirada a nivel interdisciplinario y un espejo de compromiso y dedicación hacia la camiseta celeste y blanca.
Con similar perfil, Pedro Ibarra (35) cerró su carrera en Los Leones, que atesora el oro olímpico en Río como instante único de una trayectoria de 17 años y más de 300 partidos internacionales.
Lucas Guzmán en el combate que perdió con el ruso Mijail Artamonov (15-10) por la medalla de bronce.
Revelación: Guzmán y el legado de Crismanich
Así como el correntino Sebastián Crismanich sorprendió al mundo con su medalla de oro en Londres 2012, el bonaerense Lucas Guzmán estuvo cerca de dar la nota nuevamente en taekwondo, lo que se constituyó en una de las buenas noticias para el deporte argentino en Tokio 2020.
El atleta de 27 años, oriundo de la localidad de Merlo, llegó hasta las semifinales de la categoría -58 kilos y luego quedó al borde del podio olímpico tras caer en un repechaje por la medalla de bronce.
El diploma obtenido se suma a la vitrina en la que ya guardaba la presea de bronce de los Juegos Panamericanos Toronto 2015, la de oro de Lima 2019 y el bronce del Mundial Manchester 2019.
Pese a la eliminación, Batista estuvo conforme con el equipo olímpico.
Deuda: el déficit del fútbol
El seleccionado sub 23, campeón del torneo Preolímpico el año pasado, llegó a Tokio con un plantel armado en base a la disponibilidad y no al deseo del entrenador, que fue víctima de una situación recurrente en la historia: el retaceo de futbolistas.
El “Bocha” Fernando Batista no pudo contar con los tres jugadores mayores autorizados por el reglamento ni tampoco con los menores que disputaron la Copa América con el seleccionado mayor (Lautaro
Martínez, Gonzalo Montiel, Cristian Romero, Lisandro Martínez, Nahuel Molina, Exequiel Palacios, Nicolás González, Nicolás Domínguez y Julián Álvarez).
El calendario de la Selección principal; la negativa de los clubes argentinos con competencias internacionales y las trabas puestas por clubes del exterior limitaron su elección.
De todos modos, acudió con un plantel de jerarquía y el equipo no dio la talla: perdió en el debut con Australia, el ganó a Egipto, empató con España y marchó en primera ronda como hace cinco años en Brasil. Télam