Pospandemia: con los festivales, volvió el público masivo
Millones de personas concurrieron en los últimos días en todo el país
para disfrutar de los festivales que ofrecen shows en vivo de bandas
de los más diversos géneros. “Cada festival moviliza recursos, trabajo
y producción”, dijo a Télam el Ministro de Cultura Tristán Bauer.
POR ROMINA CALDERARO.-Millones de argentinos gozaron de la vuelta de
los shows en vivo, de norte a sur.
La pandemia obligó a la humanidad a aprender cosas que tal vez por
propia voluntad nunca hubiese aprendido.
En el caso de los músicos argentinos, todo el período en el que el
coronavirus obligó a suspender las presentaciones en vivo y ni qué
hablar los eventos masivos. Tuvieron que adaptarse al streaming para
poder trabajar: desde los emergentes hasta los consagrados cantaron y
tocaron para un público al que no veían ni podían escuchar. Fue raro,
fue necesario. Ese tiempo parece estar quedando en el pasado.
Este fin de semana quedó claro que el público quiere seguir viendo en
vivo a sus artistas favoritos, ahora que la vacunación avanzó y las
provincias montaron nuevamente festivales masivos que convocaron a
miles y miles de argentinos.
Cosquín Rock, el Festival de Peñas Villa María, la presentación de
L–Gante en Tecnópolis y la Fiesta de la Confluencia en Neuquén
movieron multitudes y todo un engranaje arriba del escenario que
supone que vuelvan a tener trabajo no sólo los músicos, sino todos los
trabajadores de la industria que son necesarios para que shows de ese
calibre puedan llevarse a cabo.
“Los festivales que se desarrollan en todo el país son una expresión
clara de nuestra cultura popular. Constituyen espacios de construcción
de identidades y de colectivos que nos definen como argentinos y
argentinas, -dijo a Télam el ministro de Cultura Tristán Bauer-. Son
parte indiscutible de nuestro patrimonio cultural a través del cual se
promueve expresiones de diferentes géneros y estilos. Y sobre todo
representan aquella diversidad que nosotros creemos fundamental
promover y estimular. Pero los festivales también cumplen un rol
fundamental como motor de reactivación de economías regionales y
locales al impulsar a los distintos sectores involucrados en cada una
de estas celebraciones. Cada festival moviliza recursos, trabajo y
producción. Es decir, que los festivales, sea cuales fueren sus
dimensiones, tienen esta doble característica que es fundamental para
el desarrollo tanto económico como cultural”.Fito Páez volvió al
Cosquín Rock después de nueve años de ausencia.
“Qué hermosa es esta fiesta popular argentina”, dijo al público el
rosarino Fito Páez en la segunda jornada del Cosquín Rock, luego de
nueve años de ausencia en ese escenario.
La apertura del festival reunió a 45 mil personas en torno a más de
setenta bandas repartidas en nueve escenarios. El rock y el rap, el
blues y el pop, la cumbia y la música electrónica estuvieron
presentes.
La Mona Jiménez invitó a Juanse, de los Ratones Paranoicos, a cantar
“¿Quién se ha tomado todo el vino?”
Wos, Skay Beilinson, Babasónicos, Trueno y Julieta Venegas fueron
algunas de las bandas que hicieron vibrar al público la primera noche.
Después llegaría el turno de Fito y de La Mona Jiménez, quien cumplió
su promesa de tocar con “amigos rockeros” e interpretó su clásico
“Quién se ha tomado todo el vino”, con Juanse de Los Ratones
Paranoicos.
Millones de personas concurrieron en los últimos día en todo el país
para disfrutar de los festivales que ofrecen shows en vivo de bandas
de los más diversos géneros. “Cada festival moviliza recursos, trabajo
y producción”, dijo a Télam el Ministro de Cultura Tristán Bauer.
Millones de argentinos gozaron de la vuelta de los shows en vivo, de
norte a sur.
La pandemia obligó a la humanidad a aprender cosas que tal vez por
propia voluntad nunca hubiese aprendido.
En el caso de los músicos argentinos, todo el período en el que el
coronavirus obligó a suspender las presentaciones en vivo y ni qué
hablar los eventos masivos. Tuvieron que adaptarse al streaming para
poder trabajar: desde los emergentes hasta los consagrados cantaron y
tocaron para un público al que no veían ni podían escuchar. Fue raro,
fue necesario. Ese tiempo parece estar quedando en el pasado.
Este fin de semana quedó claro que el público quiere seguir viendo en
vivo a sus artistas favoritos, ahora que la vacunación avanzó y las
provincias montaron nuevamente festivales masivos que convocaron a
miles y miles de argentinos.
Cosquín Rock, el Festival de Peñas Villa María, la presentación de
L–Gante en Tecnópolis y la Fiesta de la Confluencia en Neuquén
movieron multitudes y todo un engranaje arriba del escenario que
supone que vuelvan a tener trabajo no sólo los músicos, sino todos los
trabajadores de la industria que son necesarios para que shows de ese
calibre puedan llevarse a cabo.
“Los festivales que se desarrollan en todo el país son una expresión
clara de nuestra cultura popular. Constituyen espacios de construcción
de identidades y de colectivos que nos definen como argentinos y
argentinas, -dijo a Télam el ministro de Cultura Tristán Bauer-. Son
parte indiscutible de nuestro patrimonio cultural a través del cual se
promueve expresiones de diferentes géneros y estilos. Y sobre todo
representan aquella diversidad que nosotros creemos fundamental
promover y estimular. Pero los festivales también cumplen un rol
fundamental como motor de reactivación de economías regionales y
locales al impulsar a los distintos sectores involucrados en cada una
de estas celebraciones. Cada festival moviliza recursos, trabajo y
producción. Es decir, que los festivales, sea cuales fueren sus
dimensiones, tienen esta doble característica que es fundamental para
el desarrollo tanto económico como cultural”.
Cosquín Rock
Fito Páez volvió al Cosquín Rock después de nueve años de ausencia.
(Foto: Eliana Obregón)
“Qué hermosa es esta fiesta popular argentina”, dijo al público el
rosarino Fito Páez en la segunda jornada del Cosquín Rock, luego de
nueve años de ausencia en ese escenario.
La apertura del festival reunió a 45 mil personas en torno a más de
setenta bandas repartidas en nueve escenarios. El rock y el rap, el
blues y el pop, la cumbia y la música electrónica estuvieron
presentes.
La Mona Jiménez invitó a Juanse, de los Ratones Paranoicos, a cantar
“¿Quién se ha tomado todo el vino?”
Wos, Skay Beilinson, Babasónicos, Trueno y Julieta Venegas fueron
algunas de las bandas que hicieron vibrar al público la primera noche.
Después llegaría el turno de Fito y de La Mona Jiménez, quien cumplió
su promesa de tocar con “amigos rockeros” e interpretó su clásico
“Quién se ha tomado todo el vino”, con Juanse de Los Ratones
Paranoicos.
Foto de Elena Obregòn.–Fito Paez luego de 9 años volviò a Cosquinrock