Los voluntarios de Cascos Blancos y su accionar humanitario en Ucrania
Por Paula De Lillo—–Desde el inicio del conflicto, Cascos Blancos
estableció los canales de contacto y asistencia permanente a través de
sus siete voluntarios que viajaron a Ucrania. En los próximos días
llegará a ese país un cargamento de frazadas, botiquines y catres
donado por la comunidad ucraniana en Argentina.
Se sabe que en Ucrania hace “muchísimo frío” e incluso llegó a nevar,
por lo que el cargamento de frazadas, catres y abrigos que viajará
desde Argentina será bien recibido.
El director de la misión de Cascos Blancos en la frontera de Polonia
con Ucrania, Esteban Chala, afirmó que Argentina “sin dudas tiene un
Estado presente” y, junto a los otros seis voluntarios que lo
acompañan, coincidió que es una “tarea fundamental” representar al
país en este contexto.
“Somos todos asistentes humanitarios y para nosotros es una tarea
fundamental poder colaborar y representar a nuestro país que, sin
dudas, tiene un Estado presente para todos sus ciudadanos en el lugar
que se lo necesita. Acá uno siente que se pone la remera de Cascos
Blancos y sale la Selección Argentina para dejar la bandera bien en
alto con su trabajo”, afirmó Chala durante una entrevista con Télam.
Desde el inicio del conflicto bélico, Cascos Blancos estableció los
canales de contacto y asistencia permanente con sus ciudadanos, por lo
que, con el objetivo de ayudar en la tramitación documental, brindar
contención psicológica y facilitar los medios logísticos para su
desplazamiento, siete voluntarios se encuentran realizando tareas de
acompañamiento para los argentinos y civiles de los demás países que
conforman la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
(Celac).
Chala destacó el acompañamiento que recibió su equipo por parte del
ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Santiago Cafiero, y de la
presidenta de la Comisión de Cascos Blancos, Sabina Frederic, quienes
“pusieron los recursos y medios para ayudar a nuestros compatriotas”.
Además, el director contó que buscan realizar “una asistencia
integral” al recibir a los argentinos y “a los hermanos
latinoamericanos” desde un consulado móvil, sumándose al trabajo que
vienen llevando adelante las embajadas de Polonia y Ucrania desde el
inicio del conflicto.
Hasta el momento, 93 argentinos pudieron emigrar exitosamente hacia
diferentes países, y quedan 25 más que han manifestado su deseo de
salir.
“Las personas vienen muy asustadas. Tenemos casos que realmente
conmueven porque, así como cruzan y nos ven, nos abrazan y surge un
momento de descarga. Te cuentan los nervios que tuvieron, la
incertidumbre y el miedo que sienten por la situación a los
bombardeos. Por eso es tan importante la asistencia integral”, apuntó
Chala.
En tanto, el Gobierno argentino enviará la próxima ayuda humanitaria
que fue donada por la comunidad ucraniana en Argentina, y que consiste
en frazadas, botiquines y catres para asistir la situación, y que será
recibida por los Cascos Blancos. Chala reseñó que en esa región de
Europa hace “muchísimo frío” e incluso llega a nevar.
Allí, millones de ucranianos se acercan en busca de refugio y
escapando de los bombardeos y la guerra. Hay quienes sienten “que no
van a poder volver más a su casa” y otros que esperan en los centros
de acogida del Gobierno de Polonia “que la situación mejore para
volver a sus hogares”, añadió.
“También hay otros que ya perdieron todo directamente y se fueron
enterando porque alguien les dijo. Hubo un caso que estaba viendo el
noticiero cuando se dio cuenta que grababan en su casa y que había
explotado. Además, hay muchas mujeres con chicos, pero los niños son
los que mejor lo llevan de cierta forma porque, sencillamente, viven
en el momento, mientras que los adultos no pueden evitar pensar que
han perdido todo, sus sueños y proyectos”, relató.
Chala tiene 45 años, trabaja como director nacional de Operaciones de
Protección Civil en el Ministerio de Seguridad y contó que desde el
2004 es voluntario en diferentes misiones.
Aunque ya participó en muchas, en este caso hay algo que llamó su
atención y es la “solidaridad de los vecinos en Polonia para ayudar a
los refugiados de Ucrania”.
“Es una tarea fantástica. Están haciendo cocinas de campaña con
donaciones de ropa, chocolates y acompañan a todos los que salen.
Nunca lo habíamos visto en otras situaciones, son cientos de
voluntarios que brindan asistencia”, relató.
La enfermera y voluntaria Verónica Ayala, que también se encuentra en
la frontera, afirmó que hay “un flujo constante” de personas que
quieren salir y muchas más que esperan hacerlo, especialmente adultos
mayores y madres con sus hijos porque “los padres son ucranianos y se
quedan a pelear en el país”.
“Las situaciones son bastante parecidas. Te cuentan que están en su
casa y escuchan bombardeos. Entonces se encuentran cerrando su casita
y empezando a caminar con una valija. Muchos hablan de la
incertidumbre de estar haciendo la fila y la alegría de cruzar y se
les nota en la cara el alivio. Es una expresión que no se puede
describir”, destacó la voluntaria.
Ayala destacó además el “agradecimiento” que recibe por parte de todos
los argentinos que ingresan y lo importante que es ser recibido “en tu
idioma” y con “lo afectuoso que somos los argentinos”.
“Cada uno de nosotros tenemos distintas tareas, yo me ocupo de ver que
física y emocionalmente estén bien. Hay mucha conmoción en cuanto a
las situaciones vividas, pero por ahora no tuvimos que asistir ninguna
situación de salud más allá del seguimiento lógico”, completó.Todavia
hay 25 compatriotas en Ucrania.-