Una creación periodística de Luis Pedro Toni

De Tom Cruise a Jean-Pierre Léaud, inicio de Cannes lleno de contrastes emotivos

POR DIEGO BATLLE,telam—-Con la pandemia como un mal recuerdo -en
Cannes las mascarillas son historia-, el festival de cine más
prestigioso del mundo tuvo sus primeros tres días repleto de estrellas
-con Tom Cruise a la cabeza-, homenajes a leyendas y el apoyo de la
pantalla a Ucrania.
Solo pasaron tres jornadas de esta 75ª edición del festival, pero
entre martes y jueves ya se produjeron tantos momentos emotivos,
tantos reconocimientos, asistieron tantos grandes maestros con sus
nuevas películas (y series), que parece como si lleváramos aquí una
semana o más. Si hay algo que no falta en Cannes es intensidad: a cada
hora (y muchas veces incluso con actividades que se superponen entre
sí) surgen motivos para el disfrute cinéfilo.

No todo es idílico, de todas formas, en el principal festival del
mundo. Los problemas para reservar entradas (el sistema online suele
caerse a cada rato por la intervención -dicen- de algunos hackers
rusos) y un rigurosísimo esquema de seguridad que incluye la
militarización de la zona de la Croisette y fuertes demoras para el
ingreso al Palais des Festivals por los minuciosos controles con
detectores de metales, cacheos y revisaciones de bolsos han generado
algo de fastidio y malhumor entre los casi 30.000 aceditados a Cannes
y su imponente mercado: el Marché du Film.

Lo que aquí ya es historia son las mascarillas. Pese a que la
organización “sugiere” seguir usándolas dentro del Palais y durante
las proyecciones, lo concreto es que ya prácticamente nadie lo hace:
ni en las actividades del festival, ni en las largas filas, ni en las
glamorosas fiestas, ni en el transporte público y mucho menos en la
calle. Cuando antes de cada proyección se escucha una grabación que
apela a mantenerse puesto el tapabocas durante toda la función la
gente se ríe de manera burlona.

El clima soleado y caluroso que se está disfrutando en Cannes (las
playas están tan llenas como los cines) y la caída de casos que
experimenta Francia y el resto de Europa ayuda a relajarse, aunque ya
hay algunas notas que advierten el riesgo de que tamaña concentración
de gente en espacios cerrados y sin ningún tipo de limitaciones
convierta al festival en un “súper contagiador” a nivel mundial una
vez que esas 30.000 personas regresen a sus países con el virus a
cuestas.

El gran Marco Bellocchio presentó una miniserie sobre el caso Aldo Moro.
Si los controles sanitarios entonces son prácticamente nulos, Cannes
se concentró en prevenir cualquier incidente en tiempos de guerra y en
cuidar a las estrellas. El inicio estuvo dominado por la magnética
figura de Tom Cruise, quien dio una generosa entrevista pública,
recorrió la alfombra roja, recibió una Palma de Oro especial y
presentó un tanque hecho y derecho como “Top Gun: Maverick”. El
espectáculo aéreo fue notable dentro y fuera de la sala, porque
mientras se disfrutaba de esta suerte de muy eficaz secuela del film
de 1986, ahora con Joseph Kosinski como director en el lugar que 36
años ocupara Tony Scott, varios cazas de guerra surcaban la noche de
la Croisette como para que el show fuese espectacular en todo sentido.

Pero el cine estadounidense no se redujo a las estrellas
hollywoodenses de turno. Kelly Reichard, quien dentro de pocos días
estrenará aquí en Competencia Oficial su más reciente trabajo titulado
“Showing Up”, otra vez con Michelle Williams como protagonista,
recibió el premio Carrosse d’Or a la trayectoria que otorga la sección
paralela Quincena de Realizadores

La brillante realizadora de “Old Joy”, “Wendy y Lucy”, “Ciertas
mujeres” y “First Cow” acompañó una proyección de su western “Meek’s
Cuttoff”, dio una charla pública, recibió el galardón con un hermoso
discurso de agradecimiento y ahora esperará a que se conozca su nuevo
trabajo en la disputa por la Palma de Oro. También tuvo una buena
recepción “Armageddon Time”, del neoyorquino James Gray, historia
coming-of-age ambientada en la Queens de 1980 desde el punto de vista
de un niño de 12 años de familia judía con un elenco que incluye a
nada menos que Anne Hathaway, Jeremy Strong y Anthony Hopkins.

Otro momento de inmensa emoción tuvo como protagonistas a dos leyendas
del cine francés como Jean-Pierre Léaud y Françoise Lebrun, quienes
asistieron 49 años después a la proyección en copia restaurada en 4K
de “La maman et la putain”, mítica película de Jean Eustache que ganó
aquí en medio de un enorme escándalo el Gran Premio del Jurado
presidido en 1973 por la actriz Ingmar Bergman.

La directora Kelly Reichard recibió el premio Carrosse d
Aquellos jóvenes rebeldes e impulsivos (la historia era sobre un
triángulo sexual que completaba Bernadette Lafont, fallecida en 2013))
se han convertido hoy en dos ancianos de 78 años, pero el público los
saludó tras la función con más de diez minutos de ovación con toda la
platea de pie y muchas lágrimas corriendo por las mejillas. Eustache
se suicidó cuando tenía apenas 42 años, pero dejó algunas obras
maestras como “La maman et la putain”, otros largos, cortometrajes y
documentales que, por suerte, están también en pleno proceso de
restauración.

Pero si la producción estadounidense y francesa (que tuvo en la
apertura oficial a “Coupez!”, comedia sobre zombies con estructura de
cine dentro del cine dirigida por Michel Hazanavicius y protagonizada
por Romain Duris y Bérénice Bejo) suelen dominar cada año el panorama
artístico y comercial de Cannes, en el arranque de esta 75ª edición ha
sido la italiana la que ha sorprendido con dos extraordinarios
aportes.

En la inauguración de la prestigiosa Quincena de Realizadores se vio
el más reciente trabajo de Pietro Marcello, “L’Envol”, un bello film
ambientado poco después de la Primera Guerra Mundial con mayoría de
productores e intérpretes franceses (desde Louis Garrel hasta Noémie
Lvovsky), mientras que el octogenario Marco Bellocchio estuvo presente
para estrenar “Esterno notte”, una miniserie de casi seis horas sobre
la convulsionada Italia de fines de los años ’70 con epicentro en el
secuestro y asesinato del dirigente democristiano Aldo Moro en marzo
de 1978.

Si bien el brillante realizador de “Vincere” (2009) y “El traidor”
(2019) ya se había interesado en este hecho que sacudió y cambió para
siempre a la sociedad y la política Italia en el film “Buongiorno,
notte” (2003), ahora reconstruye los hechos desde varios puntos de
vista: el del propio Aldo Moro (Fabrizio Gifuni), el de Francesco
Cossiga (Fausto Russo Alesi), uno de los discípulos de Moro en la
Democracia Cristiana; el del papa Pablo VI (Toni Servillo), amigo
personal del dirigente; el de Adriana Faranda (Daniela Marra) y
Valerio Morucci (Gabriel Montesi), pareja integrante de las Brigadas
Rojas que llevaron adelante el golpe; y el de Eleonora Chiavarelli
(Margherita Buy), esposa de Moro.

Y, como todo ámbito donde lo político repercute y se amplifica de
forma permanente y contundente, Cannes se abrió a mostrar en toda su
dimensión el conflicto ruso-ucraniano. En principio, eligió
“Tchaikovsky’s Wife”, del disidente ruso Kirill Serebrennikov, para la
Competencia Oficial. El director -que estuvo mucho tiempo en arresto
domiciliario por su oposición al gobierno de Vladimir Putin- logró
radicarse hace pocos meses en Alemania y en Cannes aprovechó para
hacer un desgarrador alegato público contra la guerra.

El discurso del presidente ucraniano Volodímir Zelenski. (Foto:
Gentileza Festival de Cannes)
Más fuerte y conmovedora aún resultó la proyección de “Mariupol 2”. El
director lituano Mantas Kvedaravičius fue capturado y asesinado por el
ejército ruso en abril último mientras filmaba en zonas de batalla. Su
novia Hanna Bilobrova, que lo acompañaba en aquel momento y pudo
rescatar el material, y el compaginador Dounia Sichov editaron de
urgencia el material y lo presentaron estes jueves 19 con el título de
“Mariupolis 2” (Kvedaravičius ya había filmado el conflicto del
Donbass en 2014 y 2015 en el film “Mariupol”).

Contexto de guerra e inflación galopante en todo el mundo, secuelas
del coronavirus, mucha paranoia y medidas de seguridad, pero también
cinefilia, glamour, fiestas y negocios… Cannes, con todos esos
contrastes a cuesta que lo hacen fascinante, continúa a paso firme
contra todo y contra todos. El show, se sabe, debe seguir.Foto press
festival  del maestro Marco Bellochio que presento film sobre Aldo
Moro.