Adiós a Rodolfo Bebán, protagonista indiscutible del espectáculo con masiva llegada al público
Con más de seis décadas en la actuación, Bebán demostró toda su
ductibilidad poniéndose en la piel de personajes tan diferentes como
Juan Moreira, Romeo (el enamorado de Shakespeare), Juan Manuel de
Rosas o el protagonista de “Un guapo del 900”.
“Con gran dolor despedimos al actor y director Rodolfo Bebán” comienza
el comunicado de la Asociación Argentina de Actores.
Rodolfo Bebán, gran figura de la escena local a raíz de su intensa
labor en teatro, cine y televisión, murió a los 84 años, alejado desde
hacía varios años de la actuación y residente de una institución
geriátrica de Ciudadela, su ciudad natal, según confirmó la Asociación
Argentina de Actores a través de sus redes sociales.
“Con gran dolor despedimos al actor y director Rodolfo Bebán. Su
extensa trayectoria artística incluye inolvidables trabajos en cine,
teatro y televisión. Afiliado a nuestro sindicato desde 1962.
Acompañamos a sus hijos, familiares y seres queridos en este duro
momento”, reza el comunicado.
PROTAGONISTA DE SEIS DECADAS
Con seis décadas de actuación a cuestas, Rodolfo Tilli -así figuraba
en los documentos- había nacido el 25 de mayo de 1938 y sus trabajos
en TV, cine y teatro le ofrecieron la oportunidad de alcanzar a
públicos diversos, que podían elegir entre el galán de “El amor tiene
cara de mujer” y “Cuatro hombres para Eva”, el Juan Moreira de la
película homónima de Leonardo Favio, o el “Lorenzaccio”, de Alfred de
Musset, donde compartió cartel con Alfredo Alcón.
En su juventud se había apasionado por la esgrima y por bailar el
tango de salón, pero su padre era Miguel Bebán (1918-2006), un
conocido actor, director de teatro y formador de actores y actrices, y
su vínculo directo con el ambiente artístico, más una apostura que lo
destacaba entre los de su generación, lo invitaron directamente al
escenario.
Quizá por cuestiones generacionales –o privadas–, los Bebán jamás se
llevaron bien pese a que el hijo adoptó el apellido artístico del
padre y no tuvo prejuicio en comprometerse en la escena comercial,
como cuando protagonizó junto a Palito Ortega “La extraña pareja”, de
Neil Simon, “Las mariposas son libres”, con Ana María Campoy, Susana
Giménez y Gabriela Gili, “Las amorosas”, con Susana Campos, Fernanda
Mistral, Lidia Lamaison, Adrianita y Norberto Suárez, o “Vivamos un
sueño”, de Sacha Guitry, con su entonces esposa Claudia Lapacó.
Justamente fue con Lapacó más Alcón que volvió a subir a un escenario
tras una larga pausa en “Filosofía de vida”, del mexicano Juan Villoro
(Metropolitan, 2011), para demostrar que su arte estaba intacto,
incluso al confrontarse con esos dos monstruos del escenario. En los
últimos años su carrera solía tener interrupciones: en TV debieron
pasar nueve años entre su actuación en “Hombres de honor” (2005) y
“Camino al amor” (2014), que fue su despedida.
RICA TRAYECTORIA
Comenzó con el teatro de repertorio en 1955, dirigido por Pedro
Escudero, amigo de su padre, pero pronto la pantalla chica reparó en
él y apareció en la serie “La hora Fate” (1960), junto a un rutilante
elenco que integraban Alcón, Eva Dongé, Orestes Caviglia, Adrianita,
Ricardo Lavié, Angélica López Gamio, Fernanda Mistral, María Luisa
Robledo, Mecha Ortiz y Nathán Pinzón, figuras de primer nivel en ese
entonces.
Fue esa descubridora de talentos llamada Nené Cascallar quien reparó
en él y lo introdujo en el prestigioso elenco de “El amor tiene cara
de mujer” (1964) y dos años después en “Cuatro hombres para Eva”,
donde esos varones perfectamente trajeados hablaban de sus cuitas con
el sexo femenino en un programa considerado “para mayores”. Los otros
eran Jorge Barreiro, Eduardo Rudy y José María Langlais.
Con esa popularidad llegó al cine y filmó en 1966 la picaresca “Hotel
alojamiento”, de Fernando Ayala, y “Del brazo y por la calle”, de
Enrique Carreras, a los que siguió el exitazo de “Los muchachos de
antes no usaban gomina” (1969), de Carreras, con guion del “Flaco”
Norberto Aroldi sobre el original de Manuel Romero de 1937.
Ya era una figura cuando interpretó “Romeo y Julieta”, de William
Shakespeare, junto a Evangelina Salazar, en una versión que duró más
de dos horas y que tenía como directora a María Herminia Avellaneda y
un elenco que integraban figuras como Claudia Lapacó, Tito Alonso,
Ernesto Bianco, Osvaldo Pacheco, Susana Rinaldi y Sergio Renán. Eran
las épocas en que el país se detenía por un programa de televisión.
En 1972 protagonizó en el cine “Juan Manuel de Rosas”, de Manuel
Antín, con guion del director y el historiador José María Rosa –quizá
el primer ejemplo de revisionismo histórico en el cine nacional– e
hizo lo mismo con la explosiva “Juan Moreira”, que por mucho tiempo
disputó el cetro de la más taquillera del cine nacional con “Nazareno
Cruz y el lobo”, del mismo Leonardo Favio, hasta que títulos más
modernos terminaron con ese sitial.
Ese mismo año fue uno de los actores mejor pagos de la TV local al
protagonizar “Malevo”, una telenovela con Gabriela Gili y María
Aurelia Bisutti que trascendió las fronteras y hasta creó modismos
-“…Y ya me estoy yendo”- que quedaron en el habla popular.
Más tarde estuvo al frente de “No hace falta quererte” (1975), “El
Gato” (1976) y “El cuarteador” (1977), donde se puso en la piel de
Prudencio Navarro, popular personaje de un tango de Francisco Canaro y
Enrique Cadícamo.
En la escena se recuerdan asimismo sus trabajos en “Las tres
hermanas”, de Anton Chéjov, dirigida por Armando Discépolo en el San
Martín en 1962, “Un tal Joe Miller”, de su padre Miguel Bebán y con su
dirección, “Sin salida”, de Dale Wasserman, dirigido por Jorge Hacker,
“Diario de un loco”, de Nicolai Gogol, con dirección de su padre, “Un
guapo del 900”, de Samuel Eichelbaum, con dirección de Rodolfo
Graziano, también director de “Hamlet”, de William Shakespeare, más
“El sable”, de Pacho O’Donnell, dirigido por Daniel Marcove en 2004,
donde volvió a interpretar al Restaurador de la Leyes.
Hombre reservado, poco amigo de las fiestas y los lugares de la
farándula tuvo su sitio en los medios muy a su pesar -algunas de sus
parejas no oficiales fueron María Aurelia Bisutti, Thelma Biral y
Susana Giménez-, pero su vida familiar fue el ancla que siempre buscó:
se casó con las actrices Claudia Lapacó y Gabriela Gili y estuvo en
pareja con la modelo Liz Amaral Paz: en total fue padre de seis
hijos. Telam