Un siglo de Vida alegre le brindó Carlitos Bala a nuestra gente
El humorista, un ícono de la cultura popular que perduró a lo largo de
generaciones, falleció este jueves por la noche tras haber sido
internado de urgencia. “No tengo tiempo para estar triste, tengo
alegrías que me eclipsan”, dijo en uno de los homenajes que recibió
por su trayectoria.
Murió Carlitos Balá, un ícono de la cultura popular que perduró a lo
largo de varias generaciones
El comediante Carlos Balá, una figura clave del humorismo argentino
desde hace más de medio siglo, que divirtió en tono familiar a tres y
hasta a cuatro generaciones con un estilo naif y con latiguillos que
siguen siendo recordados y repetidos en el decir popular, falleció a
los 97 años, según confirmó esta mañana su nieta, Laura Gelfi.
“Estamos devastados pero unidos y así se fue él, con la familia unida
y mucho amor”, afirmó la nieta en declaraciones formuladas a Teleshow,
en las que precisó que el fallecimiento se produjo anoche, luego de
que sufriera una descompensación y debiera ser internado de urgencia.
Emblema de la infancia de toda una época, cuya vigencia perduró y fue
pasando de padres a hijos y luego a nietos, Carlitos Balá había sido
homenajeado en 2017 en la Cámara de Diputados de la Nación por su
“trayectoria artística y su aporte a la cultura popular”.
“Aquí llegó Balá”, “heaheaaaapepe” y “¿Qué gusto tiene la sal?”, el
“sumbudrule”, el “mirá cómo tiemblo”, “está un kilo y dos pancitos” o
“más rápido que un bombero”, “seriola con techito por si llueve”,
“zazaza zazaza”, “gestito de idea”, son apenas algunas de las frases
que acuñó y que quedarán grabadas en la memoria.
Nacido el 13 de agosto de 1925 en Buenos Aires como Carlos Salim
Balaa, fue uno de los más reconocidos humoristas de la historia de la
radio y la televisión argentina, habiendo participado además en
numerosos espectáculos que abarcan la radiofonía, el teatro, la
televisión, el cine y el circo.
Muy joven su hermana mayor trató de persuadirlo de dedicarse a la
actuación, y tras hacer bromas en colectivos de la linea porteña 39,
donde trabajaba, y como Carlos Valdez participó y ganó un concurso
radial. Aquel seudónimo luego lo reemplazaría por una variante de su
genuino nombre y apellido apocopado, Carlos Balá, que ya se volvió
inmortal para la historia del entretenimiento argentino.
Así fue que debutó en la radio, en el famoso ciclo “La Revista
Dislocada”, de Delfor (Amaranto Dicasolo), con quien en 1958 se
enemistó y posteriormente popularizó su imagen junto con Alberto
Locatti y Jorge Marchesini, aplaudido trío conocido por su programa
“Los tres…” por radio El Mundo.
Con ellos llegó a participar en el “El show de Andy Russell”, para
luego protagonizar “¡Qué plato!”, antes de separarse definitivamente
en 1960, unirse a “La Telekermesse Musical”, de Canal 7, y finalmente
ser contratado por los fabricantes de chicles Bazooka, para encarnar a
Joe Bazooka.
Durante decenas de temporadas Balá brilló en Mar del Plata.
Al mismo tiempo, participó de “El show de Antonio Prieto” y “El show
de Paulette Christian” y en radio Splendid interpretó a Jacobo Gómez,
antes de sumarse -en 1962- a “Telecómicos”, una divertida colección de
sketches y personajes de Aldo Camarotta por Canal 9, y “Calle
Corrientes”, por el 7.
Tras participar en “El Show Super 9”, con Mirtha Legrand y Duilio
Marzio, debutaría en la pieza teatral “Canuto Cañete, conscripto del
siete”, toda una suma de éxitos que lo llevaron a tener su propio
ciclo y “Balamicina”, con libro de Gerardo Sofovich.
También en 1963 debutaría en el cine con la versión para pantalla
grande de “Canuto Cañete, conscripto del siete”, que dirigieron Leo
Fleider y Julio Saraceni, con guión de Abel Santa Cruz, y en la que
fue acompañado por Morenita Galé, Romualdo Quiroga y Roberto Fugazot.
Hombre de fe, Balá visitó al papa Francisco en el Vaticano
En 1964 se concreta su pase a Canal 13, donde protagonizara “El
soldado Balá”, nuevamente con Santa Cruz, primer paso de una carrera
televisiva que lo llevó a ser una de las grandes figuras del
entretenimiento de esa década y de la siguiente, con “El flequillo de
Balá”, de Camarotta.
Seguirán “El clan de Balá”, con libros de Juan Carlos Mesa, Carlos
Basurto y Garaycochea; el ómnibus “Sábados Circulares”, de Nicolás
“Pipo” Mancera; “Balabasadas”, “El Circus Show de Carlitos Balá”, “El
Circo Mágico de Carlitos Balá” y “El Show de Carlitos Balá”, uno
detrás del otro.
En cine también hizo “Canuto Cañete y los 40 ladrones”, “Canuto Cañete
detective privado” “Esto es alegría”, “La muchachada de a bordo”,
“Somos los mejores”, “Dos locos en el aire”, “Brigada en acción”, “El
tío disparate”, “Las locuras del profesor”, “La carpa del amor”, “Viví
con alegría”, “Locos por la música” y “Qué linda es mi familia”, con
Luis Sandrini
En 1979 fue contratado para participar en el ciclo “Sábados de la
Bondad”, conducido por Héctor Coire, en Canal 9, y vuelve con “El show
de Carlitos Balá”, por Canal 13, que le reporta un Martín Fierro y que
un año después pasa al naciente Canal 2 de La Plata, mejor conocido
como Teledos.
De 1988 es su última aparición en el cine, con la comedia “Tres
alegres fugitivos”, de Enrique Dawi, junto a Juan Carlos Altavista y
Tristán.
El 2 de septiembre de 2009, fue invitado al programa “Justo a Tiempo”,
de Julián Weich, emitido por Telefe, donde el actor prometió donar el
famoso “chupetómetro” para que se siguiera la tradición que él había
iniciado en sus programas infantiles de ayudar a las infancias a dejar
el chupete. Él mismo contó en esa ocasión que hasta el momento lo
conservaba en el living de su casa e invitaba a los chicos que lo
visitaban a que dejaran su chupete.
El mismo año en que fue homenajeado en el Congreso de la Nación, el
2017, Balá recibió también el diploma de Ciudadano Ilustre en un
homenaje que se le realizó en la Legislatura porteña.
Junto a Adam West, el Batman original.
A principios de ese mismo año había recibido también una Mención de
Honor en los premios Estrella de Mar, en tanto en 2016 lo homenajearon
en los premios Gardel, y fue declarado “Embajador de Paz” en el
Vaticano.
En materia de premios, en 2011 se le otorgó el Martín Fierro a su
trayectoria y en 2016 y al mismo tiempo fue recibido por el Papa
Francisco en el Vaticano, en virtud de haber sido nombrado Embajador
de la Paz.
Sin embargo, el que tal vez fuera el galardón más importante era el
reconocimiento de las figuras para las infancias que siguieron el
camino que él había trazado. Es que ya con más de 80 participó en el
espectáculo de Piñón Fijo y en 2011 fue la animadora infantil Panam
quien también lo convocó para sus shows.
“Ya van cuatro generaciones que me siguen, contando esta de Panam. Hay
que entenderlos. Tienen otros chiches, pero siguen siendo chicos. No
tengo tiempo para estar triste, tengo alegrías que me eclipsan. Y hago
reír todo el día. En los aviones me pongo a bailar con las azafatas.
La fórmula es recibir cariño. Yo soy de espíritu joven. El cariño te
rejuvenece. Todo el mundo debería recibir cariño, pero está el poder
adelante y nadie la quiere entender. Yo tengo cerca el cementerio de
la Recoleta y digo: ‘Así terminamos todos'”, había asegurado Carlitos
Balá, en una síntesis de su espíritu jovial y positivo, antes del
homenaje que le hicieron, en 2017, en la Cámara de Diputados.foto
telam