Una creación periodística de Luis Pedro Toni

Con buenos filmes, cerraron las competencias del Festival

MAR DEL PLATA.-Por Hugo Sanchez y Pedro Fernandez Moujan,enviados especiales.
La vuelta plena a la presencialidad, luego de un año cancelado por la
pandemia y otro en formato híbrido, renovó la calidad del único
festival Clase A de la región. El riesgo, las indagaciones personales
y las nuevas formas del cine contemporáneo estuvieron presentes en una
programación con perlas muy llamativas y pequeñas delicias. Este
sábado se entregan los galardones.
“Notas para una película”, del chileno Ignacio Agüero.
Con dos muy interesantes películas, una de origen chileno y otra
estadounidense, cerraron este viernes las competencias oficiales de la
37ma edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, que
el sábado entregará sus premios en una gala en el Teatro Auditorium de
esta ciudad.

La vuelta plena a la presencialidad en Mar del Plata, luego de un año
cancelado por la pandemia y otro en formato híbrido, renovó la calidad
del único festival Clase A de la región, atributo que comparte con
certámenes como Cannes, San Sebastián, Berlín, Venecia y Karlovy Vary,
entre otros pocos en el mundo.

El riesgo, las indagaciones personales y las nuevas formas del cine
contemporáneo estuvieron presentes en una programación con perlas muy
llamativas y pequeñas delicias y que tuvo un nivel interesante para un
cine corrido de los repetitivos moldes de la maquinaria comercial que
inunda salas y plataformas, recayendo, sabiamente, en registros de
autor con firma propia.

“How to Blow Up a Pipeline”, del estadounidense Daniel Goldhaber.
Muestra de un cine personal sostenido en el tiempo y de magnífica
arquitectura, así como de una frescura avasallante que logra aunar el
paisaje, el diario de un ingeniero belga que construyó a fines del
siglo 19 un ferrocarril para conectar la Araucanía al mapa cultural y
político de Chile y algo de las convulsiones que ese país arrastra en
esa región desde aquella época hasta la actualidad fue “Notas para una
película”, del chileno Ignacio Agüero, que este viernes cerró la
Competencia Latinoamericana de esta edición de Mar del Plata.

Filmada en blanco y negro, contemplando todas las posibilidades
libertarias que otorga un cine de bajo presupuesto, con inteligencia
narrativa impactante y gran belleza visual, Agüero entrega una
película que se piensa y se encuentra a sí misma en la medida en que
se hace y se ve.

La película está construida a partir de los diarios de Gustave
Verinory titulados “Diez años en Araucanía”, que abarcan de 1889 a
1899, y Agüero logra, sin abandonar nunca esta bella e ilustrativa
referencia, respirar aires nuevos y actuales, que no desmerecen sino
que amplían el punto de partida, en una película de rotunda modernidad
y libertad creativa.

En la Competencia Internacional, la encargada de cerrar la selección
que tuvo filmes de Brasil, Bolivia, Portugal, Canadá, Suiza y
Argentina, fue “How to Blow Up a Pipeline”, del estadounidense Daniel
Goldhaber.
“Todos hemos visto manifestaciones contra el cambio climático y este
filme plantea las preguntas sobre cuáles son las tácticas para luchar
contra este problema”, dijo Goldhaber sobre su segunda película luego
de “Calm”, desde el escenario del Teatro Auditórium, poca antes de la
proyección a las 9 de la mañana de este viernes
El realizador agregó que su ambición fue que el filme “fuera
interesante y entretenido”, un deseo que sin duda se cumplió, luego de
sostener la tensión durante poco más de una hora y media con un relato
en la senda del thriller político militante.

Con un oleoducto como objetivo de un heterogéneo grupo de personajes
que llegan al activismo ambiental por diferentes razones, la película
tiene un muy buen pulso para dar su visión de los desastres que está
provocando la humanidad en un planeta exhausto, pero elude discursos y
escenas aleccionadoras y se concentra en la toma de posición y el
accionar aquí y ahora antes de que sea demasiado tarde.

Este sábado a las 20 será el turno de la gala de premiación de esta ya
exitosa edición del festival, con todos los ojos centrados en el
ganador del Astor de Oro destinado a la Mejor Película de la
Competencia Internacional.

Se trata de un filme que además de ser meticuloso sobre la tarea que
se impone el grupo -la voladura en un punto de un oleoducto en el
desierto de Texas-, como manera de llamar la atención sobre las
consecuencias para la gente del accionar de las grandes empresas
extractivas, pero que no descuida ni por un minuto el perfil de cada
uno de los personajes, a los que describe de manera precisa a través
de oportunos flashback que cuentan su historia.

Liderados por una joven que perdió a su madre por una ola de calor,
tal vez uno de los aspectos más originales de la propuesta de Daniel
Goldhaber es que los protagonistas no pertenecen a ningún grupo con un
tinglado ideológico sofisticado, son personas comunes que dicen
‘basta’ y proceden en consecuencia, en una historia que no los juzga
por sus acciones y que por lo tanto, provoca y agita una discusión
urgente.

Respecto de la Competencia Argentina, el festival entregó el jueves
por la noche su última película con la proyección del documental
“Herbaria”, de Lisandro Listorti, un ejercicio de indagación bajo dos
formas de preservación, una relacionada con la botánica -eje del
filme- y otra del archivo cinematográfico fílmico, tema en el que el
autor es un estudioso.

Respecto de la Competencia Argentina, el festival entregó el jueves
por la noche su última película con la proyección del documental
“Herbaria”, de Lisandro Listorti.

Listorti trabaja cada plano y cada momento del filme con la precisión,
la pulcritud y el control del entorno del científico, apelando también
a la poesía de la imagen del realizador cinematográfico.

De esta suerte de complementariedad surge un filme de novedosas
texturas, que trata sobre las cuestiones de la preservación, también
la muerte y extinción de cosas como seres vivos como la flora
planetaria producto del desarrollo del capitalismo, o el archivo
cinematográfico, como memoria cultural.

Este sábado a las 20 será el turno de la gala de premiación de esta ya
exitosa edición del festival, acompañada por un público entusiasta,
con todos los ojos centrados en el ganador del Astor de Oro destinado
a la Mejor Película de la Competencia Internacional, pero también en
los lauros que distinguen el cine de la región, el argentino y el que
se piensa desde los bordes que fue protagonista de la sección
competitiva Estados Alterados.

Un nuevo canon del cine argentino en el Festival de Mar del Plata
Con la sala Gregorio Nachman del Teatro Auditorium desbordada de
público, se presentó la Encuesta de Cine Argentino 2022, una consulta
entre figuras destacadas de la industria del cine local para
determinar cuáles son, a su juicio, las mejores 100 películas
nacionales de todos los tiempos.

La encuesta, que tuvo cuatro ediciones anteriores y fueron hechas por
el Museo del Cine Pablo C. Ducros Hicken entre 1977 y 2000, partió
este año de la iniciativa y el trabajo conjunto de las revistas
especializadas en cine “La vida útil”, “Taipei” y “La tierra quema”,
que convocaron a más de 546 miembros de la comunidad cinematográfica
del país de todos los rubros técnicos y teóricos.

“La ciénaga” (2001), de Lucrecia Martel, fue la película más votada,
seguida por “Invasión” (1969), de Hugo Santiago; “Tiempo de revancha”
(1981), de Adolfo Aristarain; y “El dependiente” (1969) seguida por
“Crónica de un niño solo” (1965), ambas de Leonardo Favio.

Los cinco puestos siguientes entre los diez primeros filmes sobre una
lista final de 100 fueron para “La hora de los hornos” (1968), de
Octavio Getino y Pino Solanas; “Juan, como si nada hubiera sucedido”
(1987), de Carlos Echeverría; “Pizza, birra, faso” (1998), de Bruno
Stagnaro y Adrián Caetano; “Silvia Prieto” (1999), de Martín Rejtman;
y en el décimo puesto se ubicó “Nueve reinas” (2000), de Fabián
Bielinsky.

“Esta encuesta tiene la idea concreta y explícita de elaborar un canon
del cine argentino y sirve para discutir, abrir puertas y llamar la
atención sobre algunas cosas”, dijo en la presentación la directora
del Museo del Cine, Paula Félix-Didier.

“No tener políticas públicas de preservación de nuestra memoria
audiovisual hace que a la foto del cine argentino le falten partes”,
aseguró Félix-Didier como un llamado de atención a la creación
pendiente desde 1999 de la Cinemateca Nacional.

Además de Paula Félix-Didier, la presentación contó con la presencia
de Pablo Ceccarelli (“Taipei”), Mercedes Orden (“La tierra quema”) y
Ramiro Sonzini (“La vida útil”).

El trabajo de juntar datos, procesarlos y organizar el ranking se
trasladó al sitio www.encuestadecineargentino.com, ya que la encuesta
es vista “no como una lista sino como una red y link que se
entrecruzan entre sí”, explicó Sonzini.

En la página se encuentra el Top 100 con las películas elegidas
acompañadas por su ficha técnica y sinopsis, además de la información
con cada uno de los que votaron cada título.

Además, en el caso de que esté disponible, cada película tiene un link
para por verla por el público en alguna plataforma.telam