El más nuevo de la casa lo tiene tan estudiado a su contrincante que, ante el primer gesto, hasta Santiago del Moro se tentó y se tuvo que tapar la cara.

Este miércoles 18, en Gran Hermano desarrollaron un divertido juego. Una suerte de dígalo con mímica, pero en este caso, si lo deseaban, el imitador podía hablar. Fueron pasaron los participantes hasta que le tocó el turno a Ariel. El destino quiso que metiera la mano en la urna y sacara el nombre de Alfa.

Está claro que son enemigos íntimos. No se pueden ni ver. Walter cree el último en ingresar tiene mucha información y que todo lo que hace es para hacerlo enojar. Del otro lado, remarca que es exagerado. Las discusiones están presentes y hasta la voz en off tuvo que intervenir para que no pase a mayores. Con todo esto sobre la mesa el parrillero juntó coraje y lo imitó.

Comenzó con los típicos movimientos de su adversario y enseguida todos se dieron cuenta. Hasta Santiago del Moro, que seguía todo desde cerca, sonrió y se tapó la cara como no creyendo lo que estaba viendo. “¿Qué están haciendo?”; “No, no comas”; Ay, dios, siempre lo mismo”, fueron algunas de las frases que tiró y que generó risas hasta en el mismísimo Walter.

Luego, le pegó donde más le duele. “Ah, pero cuando nadie lo ve…”, dijo y salió para la cocina, agarró un pote de dulce de leche e hizo como que se lo comía a escondidas. “No sé, tengo dudas. Yo no como dulce de leche”, respondió el imitado, aunque para esa altura ya sabía que se trataba de él.

Al final, del Moro le pidió que dijera una virtud y un defecto de Alfa, y comentó: “Tiene un corazón de la puta madre. Es leal con su juego y pensamientos, se la banca”, declaró Ariel sobre Walter. “Defectos… es controlador, obsesivo, peleador. Tampoco son grandes defectos”, cerró y Alfa agregó: “Ya vamos a hablar de esto”.

 

 

 

Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida por Gran Hermano (@granhermanoar)