El que fuera representante de Italia en Eurovisión 2022 regresó al
festival para interpretar su nuevo sencillo con gran escándalo.El
Festival de Sanremo 2023 comenzó el martes ero y lo hizo con una gala
marcada por una polémica actuación. La protagonizó Blanco, que venció
en la anterior edición del certamen junto a Mahmood con Brividi, tema
que representó a Italia en Eurovisión 2022.

El artista regresó para presentar su nuevo sencillo en solitario,
L’Isola Delle Rose. Sin embargo, un fallo técnico le impedía escuchar
su voz correctamente por los auriculares ‘in-ear’ que llevaba. Después
de cantar unos versos y apuntar varias veces a su oreja izquierda,
indicando que había un problema de sonido, empezó a dar patadas a las
rosas que había en el escenario. Dejó que sonaran solamente los coros
en gran parte del primer estribillo.

El cantante se rio y dijo “no se oye” un par de veces en el directo.
El número no se detuvo, por lo que decidió meter su micrófono en un
bolsillo y se puso a destrozar la decoración. Siguió dando patadas a
las flores y levantó las estructuras donde estaban algunas de ellas
para estamparlas contra el suelo. Después se acercó a sus músicos y
los zarandeó, aunque ellos no dejaron de tocar. Incluso hubo un
momento en el que el intérprete resbaló y cayó.

LA REACCIÓN DEL PÚBLICO Y DEL PRESENTADOR

El público que estaba en el Teatro Ariston, donde se celebra el
Festival de Sanremo, abucheó a Blanco tras su inesperada actuación.
Amadeus, el presentador de la gala, pidió calma a los presentes y dio
al cantante la oportunidad de que se explicara.

El artista comentó: “No podía escucharme en los auriculares, no podía
escuchar la voz… Tenía problemas en el retorno y decidí disfrutarlo
de todos modos. A veces no tienes que seguir el guion”.

Los espectadores reaccionaron con silbidos y más abucheos a sus
palabras. El maestro de ceremonias del evento intentó salir al paso y
dijo que podía comprender que su espectáculo no había gustado a
algunas personas. Después invitó a Blanco a volver al escenario si lo
deseaba.Leandro Sapofrith – El napolitano digital