En una noche cargada de emoción y tributos, Divididos hizo vibrar un Estadio Diego Armando Maradona colmado de almas fieles. El icónico trío, compuesto por Ricardo Mollo, Diego Arnedo y Catriel Ciavarella, rindió homenaje a las leyendas eternas de nuestro rock nacional: Luca Prodan, Luis Alberto Spinetta, Norberto “Pappo” Napolitano y el recientemente fallecido Ricardo Iorio.

La “aplanadora del rock” comenzó su velada dedicando una potente versión de Despiértate Nena a Spinetta. Con la colaboración de Javier Malosetti y Machi Rufino, y tres bajos resonando en perfecta armonía, el homenaje tocó los corazones de todos. “Besos al cielo, Alberto. Siempre presente en los corazones”, susurró Mollo al terminar, conmoviendo a la multitud.

Uno de los momentos más intensos llegó cuando Mollo presentó a Claudio “Tano” Marciello, guitarrista de Almafuerte, para interpretar Sé vos en memoria de Iorio. La canción, cargada de simbolismo, se sintió como un abrazo eterno a su legado.

Más tarde, la presencia de León Gieco llenó el escenario de magia. Junto a Willy Bronca, Nadia Larcher, Facundo Toro y Adriana Varela, Gieco interpretó El Embudo , una pieza que se transformó en un canto colectivo, abrazando a los presentes en una noche que se sintió tan íntima como universal.

No podía faltar el rugido de Sucio y desprolijo , de Pappo, que tomó vida gracias a la colaboración de “Alambre” González, quien compartió escenario en los años 70 con los Mollo en MAM. La conexión entre los músicos y la leyenda revivió cada acorde, como si Pappo estuviera ahí, tocando junto a ellos.

La noche llegó a su tope emocional con los clásicos de Sumo: La Rubia Tarada , Crua Chan , Nextweek y El Ojo Blindado . Las canciones resonaron en el alma de cada uno de los presentes, en lo que fue, sin duda, una noche inolvidable, un tributo al rock nacional ya quienes lo hicieron inmortal.

Por Fabián Volpe