Abel y Luciano: un abrazo musical en el Luna Park
Abel Pintos y Luciano Pereyra iniciaron un ciclo histórico en el Luna Park: 30 encuentros inolvidables para celebrar la música y el amor de sus seguidores
La ciudad de Buenos Aires se llenó de magia este sábado cuando el legendario estadio Luna Park abrió sus puertas para recibir a dos de sus grandes íconos: Luciano Pereyra y Abel Pintos. En el corazón de un escenario en 360 grados, rodeados de millas de miradas y voces, estos artistas dieron inicio a un ciclo único de 30 noches, una travesía que es mucho más que un concierto; es un homenaje a los lazos invisibles que ambos han tejido con su público a lo largo de 25 años.
Bajo el lema Es Ahora , y con una intensidad que solo el paso del tiempo sabe entregar, Abel y Luciano se entregaron por completo a su audiencia. Las luces caían como estrellas sobre el escenario, y los acordes reverberaban en el aire, generando una atmósfera donde el tiempo parecía suspenderse. El diseño en 360 grados rompió cualquier barrera entre los artistas y el público, permitiendo que cada mirada, cada sonrisa y cada acorde se vivieran desde una cercanía casi íntima. Era como si cada persona en el estadio estuviera cantando junto a ellos, unidos en un círculo de emociones compartidas.
La noche comenzó con Es Ahora , una canción que parecía hablar de la vida misma, de ese instante irremplazable que marca el ahora y nunca. Desde el primer acorde, el setlist se convirtió en un viaje en el tiempo, con canciones que resonaban como viejos amigos reencontrados: “Y así y así” , “Motivos” , “De solo vivir” , “Seré” , “Qué suerte tiene”. él” y “La llave” . Cada tema fue un regalo, un recuerdo que cada asistente llevaba en el corazón. Las voces de la audiencia envolvían el estadio como un eco familiar, un coro que demostraba que esas canciones no solo pertenecen a Abel y Luciano, sino a cada persona presente.
La conexión entre ambos artistas no era solo visible; era palpable, como un tejido por años de respeto y camaradería. Abel, en un momento de pura emoción, miró a la multitud y sonriendo con gratitud. “No sé cómo describir lo que pasó. Pero lo que pasó fue maravilloso y agradezco a Dios este hermoso regalo”, confesó, conmovido. Luciano, visiblemente emocionado, compartió también su sentir: “Una noche que jamás olvidaré. Mi primer Luna Park con Abel, mi primer Luna Park como dúo con alguien a quien admiro y quiero, y una bendición el abrazo del público cantando cada una de nuestras canciones” . En ese instante, el público pudo sentir no solo las palabras, sino el profundo afecto que ambos artistas se tienen entre sí y hacia sus seguidores.
La velada también incluyó un tributo especial, un cuadro conmemorativo entregado por sus equipos y el mismo Luna Park. Este gesto, simple pero cargado de significado, marcó el inicio de un ciclo de conciertos que agotó entradas incluso antes de comenzar, reflejo del fervor y el cariño que Abel y Luciano despiertan.
Este ciclo de conciertos no es simplemente una colaboración entre dos voces; es un abrazo al pasado, a las memorias compartidas y al amor que sus canciones han inspirado a lo largo de los años. Luciano Pereyra y Abel Pintos no son artistas solistas; son guardianes de recuerdos, acompañantes en momentos únicos. Es Ahora no es solo un espectáculo; es la culminación de un viaje, un testimonio de la amistad y de los sueños cumplidos, una celebración que une a dos almas artísticas ya un público que los considera parte de su vida.
Una noche que quedó grabada en la memoria de cada asistente, una noche en que la música y la emoción se unieron para recordar que, en este instante, en este lugar, es ahora , y el corazón late fuerte al ritmo de una historia compartida.
Por Fabián Volpe