Marilina Bertoldi: un destello nacional en la noche de Lenny Kravitz
En el corazón de la noche porteña, cuando el escenario del Movistar Arena se vista de luces y electrifique el aire, Marilina Bertoldi será quien marque el pulso inicial. La música argentina, con su alma de rock y su sello inconfundible, será la encargada de abrir las noches del 27 y 28 de noviembre, antes de que Lenny Kravitz haga vibrar a un público que ya agotó todas las entradas.
Marilina llega a esta cita después de un año donde las presentaciones en vivo fueron contadas, pero cargadas de intensidad. Su reciente estreno, “Me vuelvo cada día más loca”, una colaboración junto a Juliana Gattas para Spotify Singles, es un reflejo de su búsqueda artística: desafiante, innovadora y siempre honesta. Este momento será también una oportunidad única para escuchar en directo los temas de Mojigata (2022), ese disco que la confirmó como una de las voces más poderosas de la escena contemporánea.
Por su parte, Lenny Kravitz regresa a Argentina en un contexto que conjuga historia y reinvención. Desde su debut en el país con dos noches inolvidables en el estadio de Boca Juniors en 2005, su energía ha dejado huella en escenarios como el Personal Fest de 2011 y el Lollapalooza 2019. Ahora, con Blue Electric Light, su nuevo disco, promete un viaje sonoro que combina el funk rock que lo hizo eterno con matices frescos y modernos.
El Blue Electric Light Tour 2024 es más que un espectáculo: es una celebración del rock, un encuentro entre lo nuevo y lo clásico, entre las melodías que ya son himnos y los caminos inexplorados de su creatividad. Y en esa atmósfera cargada de groove y distorsión, la presencia de Marilina Bertoldi no será un telón que se corre, sino un destello que abre el telón de una noche destinada a quedar en la memoria de todos.
El Movistar Arena está listo para encenderse. Dos noches, dos artistas que, aunque de latitudes distintas, comparten el poder de transformar la música en una experiencia sublime. Marilina Bertoldi y Lenny Kravitz: el diálogo perfecto entre el presente y el eterno. ¿Acaso se puede pedir más?
Por Fabián Volpe