Un grupo religioso de extrema derecha en Brasil se adjudicó la responsabilidad de un ataque con bombas molotov en la víspera de Navidad contra la productora Porta dos Fundos, que produjo un especial de Netflix que representó a un Jesús gay.

Tres hombres que dicen formar parte del Comando de Insurgencia Nacionalista Popular de la Gran Familia Integralista Brasileña afirmaron en una grabación, que circuló en las redes sociales y en los
medios brasileños, que llevaron a cabo el ataque a las oficinas de la productora en Río de Janeiro. “Todas las hipótesis son investigadas”, dijo el comisario Marco Aurélio Ribeiro, tras recibir a los actores del programa navideño satírico que retrata a un Jesús gay.

La policía identificó las matrículas de un auto y una motocicleta usada por los atacantes e indicó que las imágenes que los autores del video intercalaron en su mensaje -que muestran el momento en que arrojan las bombas- son “compatibles” con los demás registros del hecho.

En la pieza, de poco más de dos minutos, los tres hombres vestidos con camisas verdes y pasamontañas reivindican el ataque y acusan a Porta dos Fundos, según documenta ámbito digital, de realizar un “ataque directo contra la fe del pueblo brasileño”.

El grupo exhibe una bandera del Brasil imperial y otra con la letra griega sigma, símbolo de la Acción Integralista Brasileña (AIB), un movimiento de inspiración fascista de los años 1930.

La AIB, que tenía por lema “Dios, patria y familia”, fue disuelta en 1937, pero algunos grupos mantuvieron su legado ideológico, como el Frente Integralista Brasileño (FIB), que negó cualquier vínculo con el supuesto “comando” que reivindicó el ataque.

El actor Joao Vicente de Castro, uno de los miembros de Porta dos Fundos que se reunió este miércoles con la policía, dijo que confía “totalmente” en la investigación. “Lo que ocurrió fue un atentado a la libertad de expresión”, declaró.

El especial de Navidad “La primera tentación de Cristo” se estrenó el 3 de diciembre en Netflix y generó una ola de indignación entre los sectores más conservadores de Brasil, un país de mayoría católica y con una creciente influencia de iglesias evangélicas.

Foto: el edificio de la productora del film cuestionado.